


¡No te lo puedes perder!
¡No te lo puedes perder!
Está situado en medio de la jungla de hoteles que rodean la estación del Norte, aunque no es el primero que atrae nuestra atención. Y es que el hotel tiene la ocupación garantizada, por lo que no pierde el tiempo en publicidad innecesaria. Entrar en el Terminus Nord es dar un paseo por la historia. Metro más cercano: Gare du Nord.
Espaciosas y chic, todo está en su lugar. La elección de los colores, la de las telas de la cama y las cortinas, y la de los materiales, como el cuero o el terciopelo; el escritorio ubicado acertadamente bajo la pantalla plana colgada en la pared, ante una cama especialmente cómoda; todo ello contribuye a la cuidada distribución de las habitaciones, rematada con una pequeña mesa de madera que todavía deja espacio para el sofá. Un amplio armario recubierto de cuero negro permite que te sientas como en casa y olvides momentáneamente la actividad permanente que reina en los pasillos. La insonorización es perfecta, lo que contribuye aún más a esta impresión de comodidad y seguridad. El cuarto de baño contiguo es grande, sobrio y de un blanco perfecto, con suelo revestido de baldosas bicolor. Tienes a tu disposición un albornoz de un blanco inmaculado y un secador de pelo al lado del espejo. El servicio de habitaciones está disponible las 24 horas. El Terminus Nord también dispone de una sala de desayuno que parece hecha a medida para grandes recepciones, un bar elegante y confidencial e infinitos rincones en los que da gusto perderse. Un establecimiento único que durante tu estancia te hará olvidar que un día deberás dejarlo.
El edificio se construyó en el siglo XIX para alojar a los trabajadores de la red de ferrocarriles y, poco a poco, con sus 246 habitaciones, se ha ido decantando por la hostelería de prestigio. La carpintería, las lámparas de araña, la pátina, las prendas de cazador... Todo contribuye a que en el hotel se respire un aire delicado y voluptuoso, típicamente parisino. La unión entre tradición y modernidad queda patente en las habitaciones.
masaje, salón de belleza, sauna, EPA, baño turco
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aucun probleme ici.
aucun avantage ici.
aucun inconvenient ici.
Vraiment trop cher pour la qualité
Très belle chambre
prix
Magnifique hôtel à Paris Nord, Mercure au dessus de la moyenne. Bien situé, parking a proximité, chambre entre modernité et ancien meubles. Agréable je recommande.
Calme, propre, bon rapport qualité-prix
Aucun
Hotel très bien situé, et agréable.
bien situé, l'accueil du personnel
un petit peu trop de bruit lors de notre séjour
Hotel très sympa, j'y retournerais !
Hotel agréable et réception accueillante
Douche un peu petite
Je descends régulièrement dans cet hôtel Les chambres sont d'un bon niveau Le prix est très variable; vérifiez même quelques heures avant l'arrivée pour obtenir le meilleur prix Idéalement situé La brasserie TERMINUS NORD indépendante de l'hôtel mais au bas de l'immeuble est à conseiller
la localisation de l'hôtel, sa procimité avec le METRO, la gare, les bus, les taxis
la fluctuation du prix
Hôtel propre et personnel agréable
Accès facile à l'hôtel
Bruyant quand on a accès sur rue
hotel bien, le lieu geographique est bien la vue et jolie bon rapport qualiter prix ; l'acceuil des client est agreable, l'equipe est a l'ecoute des clients. les bemole chambres trop petite trop peut de lit enfant disponible
service acceuil ecoute
chambre petite lit bebe pas asser
très beau hôtel, très confortable, propre salle de bain très bien, mais baignoire trop petite sur la largeur quand la personne est forte , petit déjeuner bon croissant et pain au chocolat et confiture beurre, lit très confortable, drap propre, télévision avec chois des chaines très bien, un supplément pour le canapé lit si besoin, très bonne idée. le restaurant très bon midi et soir très bon choix de nourriture mais un peu cher et pour finir l'accueil des personnes souriante et agréables.
la chambre très spacieuse et confortable
la baignoire très petite
Cercano a la Place de la République, este hotel es un establecimiento serio con una buena relación calidad-precio.
Un hotel de corte clásico situado cerca de la estación del Norte, entre el Sagrado Corazón y los Grands Magasins.
Bonito hotel con un nivel de prestaciones cercano al de un tres estrellas. Si bien el vestíbulo es un poco kitsch, las habitaciones presentan una cara sobria y elegante. El personal es muy acogedor.
Un 2** de barrio cercano a las estaciones del Norte y del Este.
Pocas prestaciones, precio bajo.
Cerca de la Estación del Norte aunque tiene una mala relación calidad-precio.
De fácil acceso y con una excelente relación calidad-precio.
Un establecimiento serio, situado enfrente de la estación del Norte.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.