


Un Mercure bastante sencillo que, aparte de la sauna no incluye ninguna extravagancia. Elije preferentemente las habitaciones del edificio del fondo, son más agradables y bastante más tranquilas.
Un Mercure bastante sencillo que, aparte de la sauna no incluye ninguna extravagancia. Elije preferentemente las habitaciones del edificio del fondo, son más agradables y bastante más tranquilas.
Una de sus ventajas irrefutables es que este Mercure se encuentra justo a la salida del metro Dupleix, en la línea 6, muy cerca de Champs de Mars y, por lo tanto, de la Torre Eiffel. Muy práctico para los visitantes que deseen descubrir París. Asimismo, no muy lejos del hotel, se encuentra el barrio de negocios de Beaugrenelle. Con el metro, puedes llegar fácilmente a Etoile o, en sentido contrario, a la Place d'Italie.
Este Mercure cuenta con 77 habitaciones repartidas entre 2 edificios. En el edificio del fondo, las habitaciones superiores son las más tranquilas y las mejor cuidadas. Todas las habitaciones estándar están situadas en el primer edificio. Si deseas vistas a la Torre Eiffel, deberás reservar una de las habitaciones de las plantas 4ª y 5ª que dan al bulevar de Grenelle. Dos de las habitaciones disponen también de amplias terrazas con vistas a jardines interiores. Todas las habitaciones ofrecen los mismos servicios (bandeja de bienvenida, minibar, caja fuerte, albornoz, secador de pelo, Canal +), y todas tienen el mismo aspecto. Es precisamente la apariencia de las habitaciones lo que resulta algo decepcionante, ya que la decoración es demasiado clásica, con moquetas rojas o verdes y paredes rayadas de color beige claro. Lamentablemente, todo eso está un poco pasado de moda, por no decir que algunas habitaciones están algo desangeladas y en ellas empiezan a hacerse evidentes las grietas. La nota de originalidad la aportan las cortinas con motivos indios de elefantes. Las habitaciones superiores del edificio del fondo están mejor conservadas, con un mobiliario de madera oscura más noble. Son mejores.
Este hotel de la cadena Mercure destaca, en comparación con otros de la misma cadena ubicados en París, por sus dimensiones modestas y su supuesta sencillez. Y es que a primera vista el hotel no termina de cautivar e incluso parece demasiado clásico. El Mercure Tour Eiffel se trata de un hotel al que uno va para dormir. Original si se tiene en cuenta la competición infernal entre los hoteles de 4 y 5 estrellas, que rivalizan para sorprender a sus clientes con creaciones rocambolescas de todo tipo. Aunque solo es así a primera vista, ya que a pesar de su decoración relativamente sencilla, ofrece servicios de calidad. Cuenta con un espacio de fitness en el subsuelo, con algunas máquinas de ejercicios para correr y bicicletas estáticas, en las que uno puede agotar su energía antes de relajarse en la pequeña sauna contigua. La cabina de madera es muy acogedora. El hotel está bien situado para los viajes de negocios, ya que dispone de dos salas de reuniones que dan a dos patios interiores con arbustos. También cuenta con un pequeño bar, pero está ubicado en una zona recóndita, clavado en un rincón y forrado de cuero. Es agradable pero pequeño. La sala del desayuno da a un pequeño patio interior que solamente alberga 4 mesas. Los días que hace bueno, hay que darse prisa para sentarse en una de ellas.
El bar del hotel está abierto a toda la clienta hasta las 23 h.
sauna, puesta en forma, EPA, baño turco
gimnasia, fitness, deportes
un tres bon hotel , je le recommande
la qualité/prix,les infrastructure,la vue
Sports, loisirs,Animation, spectacles,Nourriture et boissons
Plutot pas mal. A refaire.
grand lit, on ce régal c'est tres bon
petite baignoire dommage
c'est hotel genial avec un personnelle très ouvert
ratio qualité pris abordable
redécorer le parking
Super hôtel, malgré la nourriture. En effet, les chambres sont propres, grande... ! Encore Bravo !
Chambres grandes et propres !
Nourritures un peu juste au niveaux de la qualités
Hôtel correct mais avec quelques défauts
Propre, un parking, confortable
Nécessite un raffraihissement au niveau de la déco
Central à proximité du métro Place d'Italie dans un quartier calme à proximité du quartier chinois. Bon rapport qualité/prix avec le petit déjeuner. Petit déjeuner varié et le café est bon. Par contre la salle du petit déjeuner est glaciale (en hiver) et il est vivement conseillé de choisir une table à coté du buffet devant la réception.
Bon service, chambre propre
Le gros point noir de l'Hôtel est l'accueil. On se croirait de retour avec le régime soviétique. Le bonjour n'est pas de rigueur. On vous répond ou pas à votre bonjour. L'ascenseur est bruyant et lent. Il est parfois plus rapide de descendre à pied
Bon rapport qualité/prix, hôtel bien situé et facile d'accès.
L'acceuil, la chambre assez grande, la vue, bien situé
Pas d'inconvénient si ce n'est un peu bruyant la nuit
L'hôtel est bien situé mais il y a quelques inconvénients
Très bien situé dans Paris, belle vue, chambre propre et confortable mais...
trop petite et la rue est bruyante la nuit
sejour très très agreable
J'ai passé un très bon séjour
Je n'ai rencontré aucun problème
tres bon hotel je recommande
vue sur la tour effeil super
un peu cher mais ca le vaut
Tras someterse a largos periodos de reforma, el Arley aporta un toque del sol marroquí en un ambiente muy parisino.
Este hotel se ubica en una callejuela muy tranquila, a tan solo 25 minutos de la Torre Eiffel.
Cerca del bulevar de Grenelle, descubrirás un hotel con una original arquitectura.
Un hotel estándar y cómodo para su categoría, situado cerca de la torre Eiffel.
Tras un lavado de cara considerable, el Fondary quiere ser un establecimiento con encanto.
Un concepto de aparthotel, situado a dos pasos de la torre Eiffel.
Un estilo elegante y sobrio que se exhibe a orillas del Sena y ofrece una vista espectacular desde las habitaciones.
Un establecimiento algo anticuado, pero bien cuidado y ubicado en una calle con el toque perfecto de animación.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.