


Una modernización progresiva que no acaba de terminar.
Una modernización progresiva que no acaba de terminar.
El hotel se encuentra en un barrio mítico de la historia de París, al lado de la Universidad de París-La Sorbona, donde tuvieron inicio los sucesos de mayo del '68 que cambiaron el rumbo de Francia. Desde entonces, la juventud parisina frecuenta mucho esta tranquila zona. En las proximidades del hotel se suceden numerosos bares y restaurantes. Además, se puede llegar a pie a la montaña Santa Genoveva y visitar uno de los lugares más destacados del barrio latino: el Panteón. Si caminas un poco más te encontrarás ante las puertas de los jardines más bonitos de París, los de Luxemburgo. Si te apetece dar una vuelta en bici, en frente del hotel encontrarás una estación Vélib'. El RER y la estación Luxembourg son una opción de transporte, pero la estación de metro más cercana es la de Maubert Mutualité.
Ya sería hora. En comparación con el festival de colores que puede admirarse al llegar, las 45 habitaciones tienen un aire más bien apagado. La decoración es prácticamente inexistente, con tonos tristes... Sin embargo, algunas habitaciones con vistas a la calle poseen un hermoso balcón. Sin climatización individual, pero con minibar surtido, con conexión wifi y caja fuerte gratuitos. No dispone de servicio de habitaciones. La mayoría de cuartos de baño están equipados con bañera. Atención a los precios, pueden ser especialmente económicos en función de la temporada.
La fachada es totalmente atípica en una calle en la que la mayor parte de los hoteles se caracterizan por su clasicismo y su uniformidad más que por su modernismo. En la planta baja se da rienda suelta a esta apuesta de ir en contra de la tendencia dominante y aportar un poco de originalidad. El mostrador de recepción tiene forma de piedra blanca, de las paredes cuelgan gigantescas fotografías panorámicas de París y la sala del desayuno parece lista para despegar hacia el espacio. Lástima que la reforma que se está llevando a cabo aún no haya llegado a todas las habitaciones.
sauna, EPA, baño turco
gimnasia, fitness, deportes
Un 3* muy bien situado.
Un establecimiento serio, con habitaciones convencionales.
Este pequeño hotel es una grata sorpresa. Algunas habitaciones se han renovado con un estilo moderno y elegante y son encantadoras.
Un hotel en pleno centro de París, en el barrio latino, cerca de Nôtre-Dame. Está muy marcado por una decoración de los años 70-80, pero no tiene un aspecto triste ni anticuado.
Precioso hotel con un estilo Belle Époque y un fuerte acento romántico. En él reina un encanto antiguo. Espléndidas vistas de numerosos monumentos importantes.
Este hotel ofrece buenas prestaciones en un marco a la vez moderno y retro, en pleno corazón del barrio latino donde no faltan la animación ni los restaurantes.
Un trato de reyes en el que es posible cocinar.
Este hotel, ubicado en un inmueble construido a finales del siglo XIX e inaugurado en 2001, parece una sala inglesa de fumadores, con sus sillones de cuero y sus tejidos de cuadros. Situado en medio del triángulo dorado de las universidades parisinas, a dos pasos del prestigioso Collège de France, el hotel parece un lugar de paso obligado tanto para los profesores como para los visitantes de la capital. De hecho, su clientela internacional es muy variada, compuesta especialmente por parejas y familias.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.