El hotel dispone casi únicamente de habitaciones dobles y solo dos triples. Las dobles son de pequeño tamaño, aunque las parejas que viajen con un bebé podrán instalar en ellas una pequeña cama supletoria. La originalidad de este hotel radica en que las habitaciones son todas diferentes. El espíritu de la decoración es similar en todas ellas, aunque los detalles, el mobiliario y los tonos elegidos las convierten en espacios únicos. Algunas cuentan con moquetas rojas, otras verdes, las ventanas están adornadas con cortinas de rayas rojas, o más sobrias en tonos beige. El mobiliario es claro, casi blanco, en una habitación, y más tradicional en otra. Se puede decir que el hotel posee una personalidad inspirada en la Francia de otros tiempos, un poco retro, elegante y muy inteligente, refinada pero sin excentricidades.