


Un agradable establecimiento clásico en medio del París comercial y turístico.
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Un agradable establecimiento clásico en medio del París comercial y turístico.
El hotel Montréal, situado en una pequeña calle llena de comercios y rodeado de numerosos bares y restaurantes -entre ellos algunos restaurantes y bares de vinos famosos- se encuentra en el punto de intersección de los placeres parisinos. Está cerca de la estación St Lazare. Podrás elegir en las inmediaciones entre ir de compras a los grandes almacenes cercanos o visitar los monumentos históricos, empezando por la Ópera Garnier, a sólo unos pasos. Para pasar de inmediato al histórico "París nocturno", la mítica sala de conciertos L'Olympia te espera con los brazos abiertos. Por si te interesa, los artistas salen por la calle del hotel. ¡Así que mantente alerta y ten preparada la cámara de fotos! Metro más cercano: Madeleine.
Las habitaciones se reparten en dos categorías: "estándar" o "suite". La decoración del vestíbulo nos sumerge en pleno clasicismo. Con su tapicería de rayas, su mobiliario de madera tapizada, su escritorio y su silla... la habitación es grande y recuerda a un pequeño apartamento. La televisión es pequeña y de tubo, está colocada de forma despreocupada y conectada vía satélite. No hay minibar, climatización individual, ni servicio de habitaciones, aunque puedes pedir que te suban el desayuno. Los cuartos de baño son más bien grandes, disponen de ducha o bañera y de algunos productos de aseo.
Este hotel, una antigua pensión familiar cuya construcción se remonta al siglo XIX, tiene personalidad y, aunque solo dispone de una entrada, esta es imponente y, tras franquearla, nos encontramos con un amplio vestíbulo. No hay mostrador de recepción, sino una pequeña mesa tras la que el cliente recibe una bienvenida calurosa y sin formalidades. Los salones son espaciosos, cuentan con una moqueta espesa y cómoda, grandes tapices, cortinas y un mobiliario clásico. En ellos, es agradable tomarse un poco de tiempo para saborear la tranquilidad y el silencio que reina en este establecimiento de 18 habitaciones.
El hotel Montréal no tiene restaurante ni servicio de habitaciones. El desayuno se sirve entre 7:30 y 10:00 h en una sala de la planta baja que, a pesar de la luz natural que entra por la cristalera adyacente al patio interior, no es especialmente agradable. Eso se debe a las sillas rígidas y cuadradas de un beige más bien apagado.
En el hotel Montréal el acceso inalámbrico a Internet es gratuito. La conexión es buena desde el vestíbulo y las dos primeras plantas, pero la calidad baja considerablemente en las plantas superiores.
baño turco
Un establecimiento serio.
Un hotel discreto pero acogedor
Un establecimiento serio y muy bien ubicado.
Un hotel de trato mediocre
Un hotel decorado con sencillez pero con un trato encantador
Un hotel con encanto a dos pasos del parque Monceau.
Un equipo dinámico...
Un hotel único en París.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.