


Bien ubicado, el hotel roza el prestigio.
- Encanto
Bien ubicado, el hotel roza el prestigio.
El hotel Opéra Franklin, a los pies de la colina que sube a Pigalle en dirección a Montmartre y a medio camino de la frenética agitación de los Grandes Bulevares, también está cerca de la Estación del Norte y de la línea B del tren de cercanías RER, que va a los aeropuertos de París y al Parque de Exposiciones de Villepinte. El hotel está situado en una tranquila calle que cuenta con todas las comodidades de un barrio comercial y cosmopolita. Cerca te esperan numerosos restaurantes de cocina judía, teatros y bares. Metro más cercano: Cadet.
Hay 67 habitaciones, 7 de las cuales son suites. Se dividen en dos categorías: Estándar y Superior. Actualmente se está renovando el hotel. Hemos podido visitar una de las habitaciones ya remodeladas. Si se compara con la decoración anterior, mucho más clásica y burguesa, se ha optado por un estilo más moderno y de diseño. La selección de colores, mobiliario y telas es muy acertada, y la habitación amplia. Varias fuentes de luz permiten crear diferentes ambientes. Dispone de una gran pantalla instalada en la pared, climatización individual y servicio de habitaciones hasta las 2 h de la madrugada. El cuarto de baño es muy amplio y confortable. Pero si lo que te encanta es darte un baño, aquí te tendrás que conformar con una ducha. Pide una habitación en la 8ª planta: tienen una vista panorámica sobre los tejados de la ciudad.
Un gigantesco vestíbulo de mármol te da la bienvenida a este macizo inmueble. Observa las molduras, las columnas romanas o el gran fresco del salón, que representa un jardín. La decoración tiene un claro regusto burgués. El bar está a disposición de los clientes las 24 horas del día. Atraviesa el largo pasillo de recepción; verás una veranda que cubre parte del camino hasta el ascensor y que bordea un pequeño patio interior. La sala del desayuno está en el sótano y tiene mucha luz natural gracias a una vidriera. Hay un ordenador con acceso a Internet para uso de los huéspedes.
El Opéra Franklin no dispone de servicio de restauración (algo nada sorprendente en un hotel parisino), pero sí dispone de un servicio de habitaciones desde hace poco. El desayuno ofrece un copioso bufé de bollería, cereales y todos los ingredientes para un desayuno internacional. Se sirve en una sala del sótano que, a pesar de su posición, es muy luminosa gracias a un amplio ventanal que hace de techo y una especie de espacio vacío delimitado por unas balaustradas que dejan entrever el vestíbulo. Los tonos verde y rojo intenso crean una atmósfera agradable.
Este hotel, frecuentado en un 70% por turistas y, el resto, por una clientela de negocios, dispone en el vestíbulo de conexión inalámbrica a Internet y de un ordenador, por si no has traído el tuyo. Este servicio es de pago. Una buena noticia para los amantes de los animales: el hotel acepta perros pequeños. Lo más destacable: la máquina expendedora de la entrada que suministra, para los menos previsores, cámaras de fotos desechables, paraguas y adaptadores.
salón de belleza, EPA, baño turco
gimnasia, deportes
Habitaciones clásicas pero con algunos atractivos excepcionales.
Un lugar con encanto en un barrio animado.
Un hotel con encanto y una buena relación calidad-precio.
De "gran hotel" le queda poco más que el nombre: un trato que deja mucho que desear, instalaciones poco cuidadas...
Un hotel intimista al que no le falta encanto.
Encantador hotel de 3 estrellas de barrio.
Un establecimiento correcto de barrio.
Un establecimiento excepcional en un barrio animado.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.