


A pesar de su buena ubicación, las habitaciones tienen un aspecto que deja bastante que desear.
A pesar de su buena ubicación, las habitaciones tienen un aspecto que deja bastante que desear.
La única ventaja de este hotel es que se encuentra en pleno centro de París, al lado de la plaza de la République. Desde este hotel podrás descubrir a pie los Grandes Bulevares, con sus teatros y locales nocturnos. Además, como está situado en la parte alta del Marais, si bajas paseando tranquilamente por la calle Temple llegarás a las callejuelas llenas de historia del Marais. Gracias a todos los metros que circulan por debajo de la plaza de la République, podrás llegar rápidamente a cualquier rincón de la capital.
El hotel dispone de habitaciones dobles y triples más que básicas. Continuación de los espacios comunes, las habitaciones ofrecen un aspecto igual de deprimente. Las ventanas están enmarcadas por pesadas cortinas marrones, el suelo está recubierto de una vieja moqueta gastada, y los cubrecamas exhiben motivos de otra época. Los cuartos de baño no están tan mal, embaldosados, con cabinas de ducha. El equipamiento se reduce a lo mínimo vital: una pantalla plana.
En este hotel uno tiene la sensación de que el tiempo se ha detenido en una época indeterminada y nada atractiva. La recepción, pequeña, estrecha, anticuada y amueblada con dos sillones, desemboca en una escalera que conduce a las habitaciones. Desafortunadamente, todo tiene un aspecto triste y el trato es muy distante. La cercanía a la plaza de la République y su ubicación perfecta es el único punto a favor de este hotel y la mala excusa por el poco esfuerzo que se dedica a la decoración.
EPA, baño turco
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J'ai été à cet hôtel lors d'un weekend Parisien. Son emplacement était super car il n'est qu'à deux pas de la place République, une très belle place. De plus il est à 50 mètres de la station de métro. Accueil chaleureux mais les chambres en rénovation, la salle de bain un peu petite et la propreté laisse à désirer... Cet hôtel est suffisant pour un weekend de quelques jours.
L'emplacement Métro à proximité Très belle place République Personnel sympathique
Le confort La propreté L'équipement de la salle de bain Les matelas Le bruit
Un hotel de ultra diseño muy acogedor.
El Best Western Aïda Marais, cerca de la plaza République, impone una cierta idea de prestigio gracias a su estatura.
Un buen establecimiento para los amantes de la música y de la originalidad.
Un hotel sorprendente y de estilo retro. Presenta un ambiente anticuado que no será del gusto de todos. Ubicación ideal en la plaza de la República.
Bonitas prestaciones para este establecimiento contemporáneo cercano a la plaza de la República.
Un honesto hotel de 2** de barrio.
En este hotel, situado a pocos metros de la Place de la République, reina un ambiente de antaño bastante tradicional.
Un hotel en pleno corazón de París, rodeado de barrios muy animados. Todas las habitaciones del hotel están decoradas en tonalidades diferentes. Algunas de ellas tienen un aspecto algo anticuado. Así que te recomendamos que, dado que hay dónde escoger, veas varias para encontrar la que se adapta más a tus gustos. El trato es muy agradable.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.