


Un entorno muy prestigioso y un precio razonable para un hotel de esta categoría.
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Un entorno muy prestigioso y un precio razonable para un hotel de esta categoría.
El hotel Peyris goza de una ubicación envidiable: en el corazón del París de los negocios con la sala de ventas Drouot al lado, cerca de los Grandes Almacenes y del París nocturno en el que encontramos los Grandes Bulevares y su multitud de teatros, bares, restaurantes y discotecas. A pesar del permanente ajetreo, característico del barrio, esta zona respira un ambiente seguro y cosmopolita. En pleno barrio judío, los muchos restaurantes que hay te reciben con los brazos abiertos. El metro más cercano es Bonne Nouvelle.
Desafortunadamente, en cuanto entras a la habitación desaparece todo el encanto. Los colores de las cortinas y de la ropa de cama no pegan nada y a decir verdad son bastante horteras. Está claro que para gustos no hay nada escrito, así que hablemos de los criterios más objetivos. Las habitaciones son muy grandes, casi parecen pequeños apartamentos. La cama es más grande que las que normalmente encontramos en habitaciones estándar. A cada lado de la cama hay un armario para que, cuando se viene en pareja, cada uno pueda poner su ropa de su lado. El gran ventanal con acristalamiento doble le da mucha tranquilidad y luminosidad a la habitación. Están equipadas con televisión vía satélite y climatización individual. El secador de pelo está en el cuarto de baño, a su vez equipado con ducha o bañera, pero no hay minibar ni servicio de habitaciones. En general, podemos decir que se trata de un hotel que ofrece una buena relación calidad-precio.
Este establecimiento de 50 habitaciones fue una pensión familiar hasta 1973. El entorno es impresionante: techos altos, molduras, dorados, espejos, lámparas de araña, mobiliario antiguo y bustos de piedra. Es increíblemente bonito. La sala del desayuno también está a la altura y parece un antiguo salón de té. El bar está abierto las 24 horas. El hotel tiene mucha categoría, hasta en los pasillos.
No hay servicio de restauración en el hotel Peyris, una práctica totalmente normal en París. La sala del desayuno es muy especial, quizás un poco fría, pero bastante original. Tiene mucha luz natural gracias a los dos grandes ventanales que dan a la calle. Mitad kitsch, mitad elegante, el blanco de las paredes se combina con el negro de las mesas, adornadas con el color rojo de las sillas con respaldos transparentes y de flores. Algunas zonas están decoradas con jaulas con pájaros artificiales dentro. El desayuno internacional se sirve de 7:30 a 10:00 h y de 8:30 a 10:00 h en la habitación. Salvo este servicio matutino, el hotel no dispone de servicio de habitaciones.
Este agradable hotel goza de una buena ubicación para disfrutar de las visitas, a pesar de estar un tanto alejado de las zonas interesantes de la ciudad. Además, ofrece unas tarifas razonables. Si eres de los que están pendientes del ordenador incluso en vacaciones, hay que destacar que la conexión inalámbrica a Internet es gratuita en todo el hotel. Asimismo, por si no has traído el ordenador, hay un punto de Internet a tu disposición en la planta baja.
salón de belleza, EPA, baño turco
Un establecimiento serio cerca de los Grands Boulevards.
Hotel recientemente renovado con un estilo chic y muy elegante, con unas habitaciones de diseño en tonos negros y blancos sublime y muy moderno.
Una categoría de calidad a precios de la cadena Mercure.
Un 3*** de encanto a precios razonables.
Un hotel magnífico y muy tranquilo
Prestaciones pobres, habitaciones sólo para dormir.
Atmósfera de la sabana africana detrás de la Puerta de Orleans.
Un encantador hotel situado en una calle adoquinada muy tranquila y original.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.