


Un bonito hotel, con buenas prestaciones, pero que goza de una localización menos atractiva.
Un bonito hotel, con buenas prestaciones, pero que goza de una localización menos atractiva.
El hotel está muy cerca de la estación del Norte, justo enfrente de las vías de la estación del Este. Aun así, el hotel Plaza Lafayette es un hotel con el encanto de antaño, dotado de lo que se podría llamar un alma, que sin duda nace de todos los años que lleva acogiendo a viajeros de todo el mundo.BR/>
La cama es grande, la moqueta cómoda y también dispone de un escritorio. La decoración es sobria y clásica. Las habitaciones cuentan con un minibar lleno y teléfono. El hotel también dispone de conexión a internet. El hotel está muy bien orientado. Las habitaciones que dan a la calle tienen mucha luz natural, que entra a través de las dos grandes puertaventanas. Es inútil que esperes disfrutar de buenas vistas, te sentirías decepcionado. Las vías de la estación del Este están frente al hotel, al otro lado de una calle especialmente ruidosa. Se trata del principal problema del hotel, a pesar del doble acristalamiento de las ventanas. Échale un vistazo. No hay ningún peligro, está a dos pasos de la estación.
La entrada ha mantenido un toque elegante gracias al suelo de mármol y unos techos altos. El mostrador de recepción revestido de cuero le añade un toque a la elegancia del establecimiento. El vestíbulo, tanto si llegas como si te vas, es una zona de tránsito ideal. Al entrar o salir, podrás admirar un gigantesco fresco mural que representa los tejados de París. Desgraciadamente, los tejados no se ven desde las 48 habitaciones de este establecimiento que, sin embargo, ofrecen otras ventajas. Para acceder a las habitaciones pasarás sobre unas mullidas moquetas de colores nobles colocadas en los pasillos del hotel, iluminados intencionadamente con una luz muy tenue, típica de los hoteles de este estilo.
baño turco
Un hotel de 3*** bastante triste y con unas prestaciones modestas.
Un establecimiento moderno con unas prestaciones impecables.
Junto a la Estación del Este, cuenta con todo el estándar de la cadena Ibis.
Pequeño hotel de una estrella, sin ningún encanto, con unas habitaciones básicas y unos azulejos un poco extraños en las paredes. Te recibirán muy amablemente.
Los precios abusan un poco de la situación de proximidad respecto de las estaciones del Este y del Norte.
Hotelito muy sencillo, sin mucho encanto ni una bonita decoración, con unas habitaciones funcionales y no demasiado caras.
Una preciosa residencia hotelera que propone apartamentos con cocina y capacidad para 2 ó 4 personas. La decoración está cuidada con colores y mobiliario modernos que crean un conjunto con mucho encanto. El toque desnudo de los apartamentos, sin objetos decorativos particulares, les da un aire de estudio muy logrado.
Este hotel de 53 habitaciones, perfectamente ubicado, ofrece unos servicios serios.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.