


En este establecimiento situado en un eje de circulación muy concurrido y bien comunicado reina un ambiente de albergue de juventud.
En este establecimiento situado en un eje de circulación muy concurrido y bien comunicado reina un ambiente de albergue de juventud.
La residencia Chatillon, situada en la concurrida avenida del General Leclerc, está a medio camino entre la Puerta de Orleans y el cruce de Alesia. Esta ubicación tiene tres ventajas: la cercanía al periférico, un gran abanico de transportes públicos para ir al centro de la capital francesa y numerosos comercios por la zona de Alesia, como supermercados, tiendas, algunos restaurantes/cervecerías e incluso un cine. La parte en dirección a la puerta de Orleans es menos atractiva; allí básicamente hay pequeños bazares y puestos de comida rápida algo envejecidos.
El hotel cuenta con 26 habitaciones incluidas algunas triples, por lo que se trata de una buena opción para alojarse en la capital francesa en grupo y con un presupuesto limitado. El conjunto de las prestaciones es correcto a nivel de la limpieza, aunque la decoración es básica y se nota que no se ha llevado a cabo ningún esfuerzo particular. El cuarto de baño dispone de bañera. El mayor inconveniente es la falta de insonorización en las habitaciones, muy ruidosas a causa de la intensa circulación de la avenida del General Leclerc.
Pasado el estrecho vestíbulo de entrada, hay que subir al primer piso para llegar a la recepción. Esta sala es bastante luminosa y hace a la vez las funciones de comedor y de salón con un puesto de Internet (también dispone de wifi). Un lugar con una capacidad de alojamiento modesta (60 personas) y un estilo parecido al de los albergues de juventud.
Su propietario afirma que el Villa Royale Montsouris es el único hotel oriental de París. Destacan los detalles de su decoración, la selección de objetos, los colores y la forma de algunos elementos arquitectónicos que evocan una atmósfera del norte de África o de Oriente Medio. Y si no te lo acabas de creer, al menos te puedes dejar llevar por este logrado palacete digno de Las mil y una noches.
Un hotel de dos estrellas modesto, muy bien ubicado entre la Puerta de Orléans y el parque Montsouris.
Este hotel, que abrió sus puertas hace casi cuarenta años, no ha disminuido su prestigio.
Instalados desde hace diecisiete años, sus dueños han sabido darle un ambiente agradable combinando varios estilos.
Si la decoración de este hotel se inspira en el famoso templo griego, la imagen que da dista mucho de igualar el encanto que transmite su modelo antiguo. No busques la luminosidad de las islas griegas, desgraciadamente ha cedido su lugar a una oscuridad bastante deprimente.
Ideal para aquellos que buscan un hotel con una decoración agradable pero que no sea demasiado caro, con el diseño al alcance de la mano.
Un establecimiento agradable con un estilo acogedor, que huye del frenesí de la Puerta de Orleans.
Ubicado discretamente detrás de la Porte d'Orléans, encontramos este dos estrellas que cuida su estilo.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.