


Un 2 estrellas muy bien ubicado.
Un 2 estrellas muy bien ubicado.
El hotel se encuentra en pleno corazón del barrio latino, a pocos metros del Sena. Te recomendamos que vayas a echar un vistazo a los vendedores de libros usados de orillas del río, seguro que encontrarás maravillas escondidas entre las estanterías. El animado barrio de St. Germain des Prés está muy cerca. Este ofrece una gran cantidad de restaurantes y bares donde elegir, y quedan abiertos hasta bien entrada la noche. Por los alrededores encontramos uno de los lugares míticos del distrito, la casa del cantante Serge Gainsbourg, cuyas paredes están recubiertas por notas dejadas por sus seguidores. El barrio es tranquilo y seguro. La parada de metro más cercana es St Germain des Prés.
Las 21 habitaciones son todas de la misma categoría, Estándar, pero sorprenden por su gran tamaño, más grandes que en muchos otros hoteles. La decoración es limitada y el mobiliario es algo antiguo, aunque los techos son de vigas aparentes. La televisión es muy pequeña, así que olvídate de verla. Las prestaciones son poca cosa: no hay aire acondicionado ni nevera, el wifi solamente es gratuito en la recepción y no disponen de caja fuerte. Casi todos los cuartos de baño tienen ducha. Los precios son correctos para este distrito.
Una bonita fachada ocre con el típico cartel de antaño, colgado en una barra de hierro, que se mueve con el viento. En su interior, el entorno es más básico y la decoración no tiene nada especial. La sala del desayuno está en el sótano, en una sala abovedada que no tiene ningún encanto particular. Las zonas comunes son un poco antiguas; parece que el propietario no ha querido ponerse al día con la categoría del resto del distrito.
Un espíritu acogedor y tradicional a los límites de Saint Germain des prés. Se agradece sobre todo el cuidado que se ha tenido con la decoración de las habitaciones.
Más que un guiño a la novela de Maupassant sobre el ascenso social de un joven ambicioso del siglo XIX, el Hotel Bel-Ami, del que toma obviamente el nombre, es sin duda una oda directa. En primer lugar, porque se ubica en el corazón de Saint-Germain des Près, el centro del frenesí del barrio de los editores, los escritores y los actores de inclinación artística; y también porque reivindica la filiación directa, exaltándose en la vida de lentejuela parisina. Aún así, que los amantes de las líneas esenciales no se alarmen: a pesar del enamoramiento por el conocido autor del siglo XIX, el hotel desprende también cierto tono vagamente "Nouvel Empire", con sus modernas líneas de diseño.
El Lenox ha sabido modernizarse, aunque conservando su espíritu art déco.
Esta antigua casa comercial es un establecimiento de encanto al servicio de su clientela.
Comparte tu estancia con los maestros del impresionismo. Desafortunadamente, las habitaciones no gozan de la luz presente en sus cuadros.
Frente al Sena, escoge la habitación de Baudelaire o de Wagner. Este hotel es sobrio y clásico, pero no deja de lado su faceta artística.
Este antiguo palacete te ofrece todo el encanto de la Edad Media en su decoración, que alterna con la modernidad de su equipamiento.
Situado en un barrio tranquilo, cerca de Saint Germain-des-Près y de las orillas del Sena, este dos estrellas ofrece comodidad a sus huéspedes.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.