


Precioso hotel con un estilo Belle Époque y un fuerte acento romántico. En él reina un encanto antiguo. Espléndidas vistas de numerosos monumentos importantes.
Precioso hotel con un estilo Belle Époque y un fuerte acento romántico. En él reina un encanto antiguo. Espléndidas vistas de numerosos monumentos importantes.
El hotel Saint Jacques se encuentra en uno de los barrios más agradables del centro de la capital francesa. En las calles de los alrededores reina un espíritu bohemio, joven y dinámico debido a la cantidad de estudiantes que frecuentan las escuelas y universidades del entorno. Además, las calles están marcadas por un fuerte pasado histórico. Al lado del hotel encontramos multitud de bares, cafés históricos, pubs desenfadados y restaurantes, en las calles de la Montaña de Sainte Geneviève y de Mouffetard, así como hacia el norte, por la plaza Saint Michel. A pocos metros del hotel, encontrarás los más impresionantes monumentos que le dan fama a París: el Panteón, la catedral de Notre-Dame o el museo del Louvre, por ejemplo. El centro de París, con Chatelet o la calle de Rivoli, están cerca para que vayas a pie; es un bonito paseo. Si quieres dar una vuelta y relajarte, no vas a tener que ir muy lejos ya que los jardines de Luxemburgo extienden toda su naturaleza a pocas calles de aquí. En cuanto a los transportes públicos, las líneas 7 y 10 del metro se detienen casi a los pies del hotel y con ellas podrás dirigirte al Louvre o a la Ópera.
Las 36 habitaciones de este hotel relativamente pequeño están todas decoradas con temas muy diferentes. No hay ninguna igual a otra. En general, están decoradas con un romanticismo retro muy pensado. Las habitaciones más baratas son las del último piso al que no llega el ascensor. Son abuhardilladas y más pequeñas que las demás, pero tienen mucho encanto. Las vistas desde esta altura son magníficas. El resto se divide en varias categorías: dobles, individuales, triples y grandes dobles de lujo. Muchas de las habitaciones están decoradas con un estilo impresionista, adornadas con grandes cuadros pintados directamente en las paredes que representan paisajes con vistas campestres o retratos. Los colores de las paredes son pasteles azules, beige, salmón o amarillos. Molduras, muebles de estilo, lámparas y arañas, camas con baldaquino. Todo es muy noble y finamente elegante. Hay que destacar las cuatro magníficas habitaciones más modernas, con tonos de paredes más vivos y contemporáneos que transforman el retro en más elegante y tendencioso. Una de estas habitaciones contiene el mobiliario del Carlton. En los cuartos de baño hay tanto estilo y decoración como en las habitaciones y son igual de bonitos. Hay una habitación dúplex con el baño en el piso inferior y la cama en el superior, con una bonita escalera. El wifi es gratuito en todas las habitaciones, en el salón de recepción se puede pedir prestado un ordenador portátil también de manera gratuita y la televisión dispone de Canal + y canales extranjeros.
El Saint Jacques ocupa un bonito edificio antiguo situado en la esquina de una calle, un punto muy importante. La habitaciones de la 2ª y la 5ª plantas están equipadas con grandes balcones acondicionados con mesas y sillas, perfectos para tomar algo por la noche o el desayuno por la mañana. Los ocupantes de las habitaciones de las plantas superiores tienen magníficas vistas de los tejados así como de las torres de la catedral de Notre Dame, del Panteón y de la Torre Saint Jacques. Nos quedamos cortos diciendo que este hotel tiene una fuerte identidad gracias a su decoración. Está marcado por una clara y omnipresente atmósfera Belle Époque. Todas las habitaciones, pasillos y paredes desprenden un encanto retro. El resultado es una perfecta unidad y mucho romanticismo: paredes con molduras pintadas imitando el mármol y la piedra, mármol en el suelo, arañas en los techos pintados, frescos en las paredes. En la recepción hay un salón Toulouse-Lautrec que invita a relajarse mientras tomas una copa de absenta. El desayuno se sirve en una sala en el subsuelo con decoración a lo "cabaré": pared pintada con un gran cuadro de los años 1920, con bailarines de cancán francés y un viejo tocadiscos. El propietario ha decorado su hotel con muchos objetos de decoración de anticuario. Como anécdota decir que el hotel sirvió de decorado para la película "Charada" protagonizada por Gary Grant y Audrey Hepburn que recorrieron todo el hotel y sus escaleras.
hôtel agréable, service de qualité et personnel fort agréable.
Chambre agréable et confortable.
Manque les produits de douche dans la salle de bain.
Un 3* muy bien situado.
Un establecimiento serio, con habitaciones convencionales.
Una modernización progresiva que no acaba de terminar.
Este pequeño hotel es una grata sorpresa. Algunas habitaciones se han renovado con un estilo moderno y elegante y son encantadoras.
Se trata de un hotel retro-rústico, un poco señorial y muy bien situado en el barrio latino, con habitaciones bien cuidadas pero no demasiado contemporáneas.
Un hotel en pleno centro de París, en el barrio latino, cerca de Nôtre-Dame. Está muy marcado por una decoración de los años 70-80, pero no tiene un aspecto triste ni anticuado.
Un trato de reyes en el que es posible cocinar.
Este hotel, ubicado en un inmueble construido a finales del siglo XIX e inaugurado en 2001, parece una sala inglesa de fumadores, con sus sillones de cuero y sus tejidos de cuadros. Situado en medio del triángulo dorado de las universidades parisinas, a dos pasos del prestigioso Collège de France, el hotel parece un lugar de paso obligado tanto para los profesores como para los visitantes de la capital. De hecho, su clientela internacional es muy variada, compuesta especialmente por parejas y familias.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.