


¿Estás buscando algo distinto y nuevas sensaciones? Entonces el Sezz es tu hotel. En la penumbra, el hotel se ríe de los cánones y flirtea con la combinación del estilo fashion del bar con la elegancia y la clase de las habitaciones.
¿Estás buscando algo distinto y nuevas sensaciones? Entonces el Sezz es tu hotel. En la penumbra, el hotel se ríe de los cánones y flirtea con la combinación del estilo fashion del bar con la elegancia y la clase de las habitaciones.
A 5 minutos de Trocadero y del Palacio de Chaillot, el hotel Sezz da a una calle tranquila. Está comunicado con la línea 6 de metro (estación Passy).
El gran atractivo del hotel Sezz se encuentra en las habitaciones. La cama está en el centro de la habitación y el cuarto de baño se esconde detrás de una puerta acristalada o una puerta de armario. Las paredes de piedra de Cascais, de antracita con reflejos en tonos azules son muy elegantes. Los televisores de pantalla plana no desentonan y se integran bien en este universo. El diseño de la cama y del escritorio es refinado. Funcional y estético. Las camas están equipadas con colchones con memoria de forma. Los cuartos de baño son de lo más original, ¡particularmente los lavabos! El agua se evacua a través de un tubo que recuerda a una página de un libro, un original detalle que conseguirá que los clientes echen a volar su imaginación mientras están en el cuarto de baño. Las bañeras son cuadradas y amplias, de mármol antracita, también muy elegantes. Se ofrecen productos de aseo de la marca Khiel's, albornoces, zapatillas y secador de pelo. No podemos olvidarnos de mencionar la caja metálica con bombones de vodka que te encontrarás encima de la cama. Conexión wifi incluida. El servicio de habitaciones funciona las 24 horas. La habitación "estándar" mide 24 m². En el último piso, hay una suite y un loft con vistas a la Torre Eiffel. La distribución varía, pero siempre tiene un punto en común: juega con la orientación del espacio y los materiales.
En la planta baja, encontramos dos salones simétricos separados por un sistema de tabiques. Ambiente tranquilo que se consigue gracias a las paredes negras, los sillones rojos y las mesas de madera muy bajas. Influencia de Stark: los ventanales tintados (en tonos rojos) y unos jarrones enormes y translúcidos con bambús. En uno de los salones, que se transforma en recepción, se hace el registro. El otro salón es más propicio para descansar. El bar está afiliado a la casa Veuve Clicquot, de ahí las salas con forma de botella de champán en las que te podrás tomar una copa, ¡sentado en una banqueta de cuero de color rosa chicle! El bar también admite clientes que no estén alojados en el hotel. El desayuno, buffet con productos orientales, se sirve en esta sala. No hay restaurante, pero se puede pedir algo ligero para comer. En una zona en penumbra encontramos un hammam, una sala con varias pesas y esterillas, una ducha a la italiana y, sobre todo, un gran jacuzzi. ¡Con auténticos remolinos! El hotel también dispone de un aparcamiento y de aparcacoches.
Alrededores: 15 A pocos metros de las orillas del Sena (gran eje de carreteras), en el barrio no hay mucha oferta de restaurantes. La casa de la radio -¡y sus numerosos conciertos y grabaciones en público!- está a 10 minutos.
Desde su reapertura tras la renovación en 2005, el hotel acoge a una clientela joven, de vacaciones o en viajes de negocios, generalmente anglosajona. El diseño de Christophe Pillet es claramente moderno, las instalaciones y las prestaciones pretenden renovar el concepto hotelero clásico. La arquitectura se ha escogido meticulosamente: se ha conservado la estructura del edificio haussmaniano y se han colgado unas preciosas fotografías que recuerdan los detalles del inmueble antes de su renovación. Las formas crean espacios únicos con un peculiar atractivo.
masaje, salón de belleza, sauna, hammam, EPA, baño turco, wellness
tenis, fitness
simple mais suffisant pour un cours sejour
de bonne qualite pour ce prix
rien a dire de mal
Es un hotel cómodo, aunque sin especiales detalles, en el que destaca el servicio, capaz de satisfacer a una clientela internacional.
Un hotel con un nivel de confort adecuado, pero con unas habitaciones pequeñas bien cuidadas a las que les falta un poco de encanto y originalidad.
Un hotel tranquilo con algunos toques de fantasía
Un hotel en el que te sentirás como en casa
Un espíritu zen en un entorno Art Nouveau, a dos pasos del muelle Branly y de su museo de las civilizaciones.
Un pequeño hotel con encanto donde todas las habitaciones son diferentes.
Un bonito hotel, de estilo Art Decó
Si quieres un consejo, te diremos que pases de largo. Exceptuando la cercanía inmediata al Trocadéro y a sus jardines, es difícil encontrar atractivos a este establecimiento que no apuesta fuerte por la calidad de sus servicios. La falta de organización y el desacuerdo del personal se notan demasiado...
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.