


El Sofitel Arc de Triomphe es de los hoteles de cadena que conservan su personalidad. El personal es realmente acogedor y profesional.
- Cultura
- Familia
- Bien situado
- Encanto
El Sofitel Arc de Triomphe es de los hoteles de cadena que conservan su personalidad. El personal es realmente acogedor y profesional.
El hotel se esconde en una calle pequeña entre las avenidas Hoche y Friedland. Hay que caminar un poco para acceder a los transportes públicos (bus, metro y tren regional RER), pero al menos esta calle tiene el mérito de ser realmente tranquila.
El hotel cuenta con 135 habitaciones repartidas en 5 categorías: habitación clásica, superior, luxury, suites júnior y suites (prestige y dúplex). Todas las habitaciones están muy bien equipadas. Además de los servicios necesarios en un hotel de 4* como son el aire acondicionado individual, minibar, pantalla plana, secador de pelo, albornoces y caja fuerte, también dispone de productos de bienvenida de Hermès, un estuche de oficina, con clips, tijeras, grapadora, etc., una minicadena estéreo con CD a disposición de los clientes, un costurero de viaje, un paraguas, una cajita con utensilios para los zapatos (betún, calzador, cepillo...) y una botella de agua gratuita todos los días. Pero lo mejor sigue siendo la cama MyBed, una cama súper cómoda cuyo único secreto es un sobrecolchón bastante mullido colocado sobre el colchón, que consigue dar la impresión de estar durmiendo sobre una nube. ¡También tienes la posibilidad de escoger tu clase de almohada preferida! Se puede solicitar a cualquier hora un edredón o una manta. Asimismo, por las noches se colocará encima de la cama un peluche pequeño con una notita... La conclusión es que, a pesar de una decoración bastante clásica y sobria, sin demasiadas sorpresas, las habitaciones son muy cómodas y se salvan gracias a las comodidades que ofrecen. Recomendaciones Hay que advertir que las habitaciones clásicas son realmente habitaciones para una persona. No hay cadena hi-fi en esta categoría.
Nada más entrar nos sumergimos en el ambiente clásico y lujoso del hotel, con un vestíbulo decorado con mucho mármol y toques dorados. El trato es más bien agradable y eficaz. Hay que destacar la calidad del servicio, cada fiesta es una ocasión para atender a los pequeños detalles: todos los años se organiza una "caza de los huevos de Pascua" y para celebrar la llegada de la primavera se dejan bombones de flores en las habitaciones. Un kit bebé (o niño, según la edad), con pañales, un babero, un biberón y un juguete, se le regala a cada familia que llega al hotel. No obstante, no hay instalaciones deportivas (ni baño turco ni sauna). La conexión a internet wifi y la conexión ADSL son gratuitas.
El bar del hotel está muy animado durante todo el día, frecuentado por clientes del hotel como por gente del barrio que aprecia el ambiente acogedor del mismo. Hay varios tipos de cócteles: los cócteles Signature (propios de Sofitel) y los cócteles personalizados, que llevan los nombres de los mejores clientes. Además, se sirven acompañados de tapas. El bar propone la "hora del té", de 15:30 h a 18:30 h, durante la que podrás probar las especialidades de repostería caseras. En cuanto al restaurante, éste lleva el nombre del primer dueño del hotel, Clovis, antiguo chef de cocina. En la actualidad, el chef Thomas Bruno dirige la cocina gastronómica con su estilo propio: recuperar las tradiciones culinarias francesas. Por ejemplo, el menú del mercado con entrante, plato principal, postre, es diferente todos los días. Todo esto con una decoración bastante contemporánea, con unas líneas sobrias y unos colores discretos. Para conseguir más intimidad, el restaurante es espacioso y las mesas están bastante separadas. Hay que tener en cuenta que el restaurante sólo abre de lunes a viernes.
El hotel dispone de seis salones para sus clientes de negocios, como el Beaujon, que ha sido decorado en su totalidad por Stella Cadente, que ha propuesto una decoración muy original. También nos encontramos con esculturas, obras de la artista en las mesas del bar y del restaurante, así como una exposición temporal de fotografías.
salón de belleza, EPA, baño turco
gimnasia, fitness
aucun probleme ici.
aucun avantage ici.
aucun inconvenient ici
Superbe Hôtel nouvellement redécoré et merveilleusement situé. Les chambres et suites sont très confortables et chaleureuses. le personnel est disponible et accueillant. L'ambiance est très agréable et l'on y mange bien. Excellent choix pour les fêtes de fin d'années! Je recommande cet hôtel car le rapport qualité/prix est correct, il est parfaitement situé et confortable!
situation géographique idéale dans Paris.
Je ne vois aucun inconvénient.
hotel chaleureux et conviviale,bon à vivre. très bon hotel
l'emplacement de l'hotel
prix relativement élevé
Pour une St Valentin parfait agréable séjour bien accueilli service parfait
Les lits sont super confortables le service super
Inconvénients les prix son élevés
une nuit en amoureux très bonne nuit confortable
le service est rapide le personnel aimable la chambre très propre
le tarif de la chambre un peu cher
endroit sympatique ok
personnel agreable bon passage
rien a dire bon accueil
La chambre est propre et decoration chalereuse, cadre et environnement reposant Sejour reposant
Lieux et le cadre idilique
Aucun sejour parfait je reviendrai
Excellent hotel , je le recommande
tres belle chambre très propre
boisson payante dans la chambre
super accueil idéalement située
Grande chambre Personnel attentifs aux clients
Pas d'inconvénients à mon goût
Hôtel très accueillant calme chambres propres service top
frigo à notre disposition + télé
trop de bruit près du perif
Este lugar se parece más a un museo que a un hotel, con todos los objetos y muebles antiguos sacados de Dios sabe qué castillo o vivienda histórica.
El hotel de Vigny, majestuosamente situado entre la avenida Friedland y los Campos Elíseos, es una pequeña joya art déco. O gusta o no gusta, pero nadie se queda indiferente.
Un pequeño hotel intimista a dos pasos del Trocadéro
El hotel se salva gracias a una ubicación céntrica y a las zonas comunes renovadas.
El Byron, antiguo hotel particular a dos pasos de los Campos Elíseos, no dispone de una decoración tan poética como su nombre. Sin embargo, ofrece habitaciones bien equipadas y cómodas.
El hotel Balzac, majestuosamente situado entre la avenida Friedland y los Campos Elíseos, es una pequeña joya clásica.
El Royal Hotel es un establecimiento con un tamaño ideal y una decoración tradicional. Es un hotel sencillo pero eficaz gracias a su céntrica ubicación.
Después de tres años de obras, este palacio de los años 20 ha abierto la veda de renovación de los palacios parisinos. Su renovación se confió por completo al diseñador Philippe Starck y lo menos que se puede decir es que realmente le ha dado su toque personal.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.