


En el entorno tranquilo de Nation, un establecimiento con un encanto a la antigua, en el que podemos disfrutar a gusto de un pequeño jardín.
En el entorno tranquilo de Nation, un establecimiento con un encanto a la antigua, en el que podemos disfrutar a gusto de un pequeño jardín.
A tan sólo unos metros de la Cours de Vincennes y de la línea 1 de metro, está claro que el hotel no está en pleno centro de París, aunque puedes ir fácilmente a sus principales atracciones. Cerca de la plaza Nation, las principales líneas de metro y de trenes regionales (RER) están casi a las puertas del hotel. Vincennes, con su bosque y su castillo, no está nada lejos y resulta un lugar ideal para dar un paseo bucólico. Si quieres picar algo, en el bulevar Voltaire o la calle Faubourg Saint-Antoine hay algunos buenos restaurantes sin florituras donde puedes encontrar deliciosas especialidades de la cocina francesa. Los amantes de la buena cocina italiana estarán encantados con el restaurante "Stracciatella", justo delante de la calle del hotel, en la Cours de Vincennes.
La tendencia general de la decoración de las habitaciones es el beige-chocolate. ¡Es una auténtica maravilla! Una de las paredes suele estar recubierta de un papel crema, con motivos de arabescos entrelazados, que recuerda a los tejidos antiguos que recubrían las paredes de los pisos de antaño. Todo ha sido renovado para conseguir un aspecto moderno, modernizando las antiguallas con líneas más simples, aunque manteniendo este espíritu chic y retro. Con un mobiliario de madera oscura y unas lámparas con pantallas clásicas, los cuadros de la paredes acaban de decorar las pequeñas habitaciones. Los cuartos de baño, de azulejos blancos, cuentan con unos bonitos espejos de colores y unas cortinas de ducha multicolores que rompen la aparente monotonía. Aunque no sea lo habitual, una de las habitaciones presenta una decoración totalmente diferente: se le añade un toque de locura gracias a una pared muy viva recubierta de un papel púrpura brillante con motivos laberínticos. ¡Y el resto de la habitación también utiliza el mismo color! Espléndido. Las habitaciones cuentan con minibar, canal satélite y TDT y, únicamente hasta la primera planta, con wifi.
En un edificio relativamente anónimo, aunque muy antiguo, el hotel presume de un gran encanto. Empezamos por la recepción, ocupada por un pequeño escritorio discreto y más bonito que los típicos mostradores grandes en los que se puede apoyar el codo. Aquí todo es delicado, con un encanto impregnado de feminidad. Sillones de tejido antiguo, orquídeas, plantas suculentas y flores ocupan un pequeño salón acogedor. El hueco del ascensor es un monumento histórico, porque se trata de un antiguo ascensor de metal, abierto al hueco de la escalera, que le sirve de armazón. La maravilla del edificio espera a los visitantes a la hora del desayuno: se desayuna en el patio interior transformado en veranda, así da la sensación de estar en el exterior en cualquier estación del año. Amueblado con unas bonitas mesas de madera oscura con unos pies cuidadosamente elaborados, esta veranda da a un precioso jardín pequeño, pero lleno de vegetación y, el colmo de la felicidad, ¡con césped!
Hôtel bruyant bien que situé dans une rue assez calme. Les bruits sont internes à l'hôtel et essentiellement dûs aux claquements des portes d'accès à l'ascenseur, aux étages ou paliers et aux chambres. La plupart des clients claquent les portes de jour comme de nuit sans se soucier des autres occupants. Par ailleurs, l'hôtel, de conception ancienne, n'est pas du tout isolé et ne mérite pas du tout ses 2 étoiles sur le plan confort. Mérite d'être rénové s'il veut garder ses étoiles.
A priori aucun avantage. Tout est limite.
Hôtel bruyant. Confort limite, sans plus. Douche très étroite.
Bel hôtel, très propre et agréable.
Propreté chambre coquette bien décoré
la chambre était plutôt petite
Bon hôtel, propreté et service acceptable.
Le confort du lit, la propreté et le service.
L?accueil ne vous mets pas à l'aise.
nul!!!! trop trop trop bruyant!!!!! personnel pas du tout sympathique
situé proche du métro
bruyant propreté négligé, lit pas refait tous les jours
si vous recherchez un hotel ou on ne prete pas attention a vous , et bien , c'est le bon
hotel situé dans une rue calme
ne fait pas parti des hotels les plus propres
Magníficas habitaciones de inmaculado blanco, con edredones muy modernos. El hotel está regenteado por un caballero británico que se ha ocupado de acondicionar un acogedor bar en el sótano.
Hotel en un bonito edificio Art Déco con pequeñas habitaciones de suelo de parqué, muy cómodas y sin grandes lujos.
Resulta imposible no sucumbir a los encantos del Charma, un hotel que ha sabido combinar elegancia y un estilo retro modernizado.
Un barrio que tienes que descubrir...
Un hotel que merece la pena, es realmente encantador y con una decoración refinada.
La mayoría de las habitaciones de este hotel no tienen cuarto de baño. A pesar de que los precios son muy asequibles, la decoración no deja de ser original. Es perfecto.
¡Recién renovado!
Un Campanille de lo más original y atípico, muy agradable. El patio interior aporta una dosis de frescor muy placentera. El punto fuerte es el trato.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.