


Un encantador hotel situado en una calle adoquinada muy tranquila y original.
Un encantador hotel situado en una calle adoquinada muy tranquila y original.
El hotel es el toque de encanto y fantasía de la calle Gabriel Laumain. Esta encantadora calle adoquinada, resguardada detrás de una gran puerta cochera, era el lugar ideal para remodelar un hotel bien anclado en el barrio desde hace muchos años. Metro más cercano: Bonne Nouvelle.
Relájate y disfruta de tu habitación. Unos armarios enormes te permiten guardar las maletas, la ropa e incluso los excesos que hagas si vas de compras. Unos grandes ventanales aportan mucha luz natural a la estancia. El parqué es nuevo. Relájate en el sofá que hay en el rincón-salón. Fíjate en el cuarto de baño, que aguarda momentos mágicos gracias a su paleta de colores sosegada y refinada, sus elementos decorativos y sus materiales de construcción. Dispone también de secador de pelo. Hay conexión a Internet inalámbrica, minibar y un televisor con pantalla plana instalado en la pared. Servicio de habitaciones si se avisa con tiempo. Es ideal para los amantes de lo original, que saben valorar el precio justo de cada cosa.
Hace un año se dio un toque de juventud a este hotel de 24 habitaciones, cuya entrada es un preludio de la fantasía desplegada en su interior. Con una entrada totalmente acristalada, te sumerges en la atmósfera del lugar antes incluso de dejar la calle. Con lo último en diseño, todo está estudiado al milímetro para complacerte y sorprenderte. ¿Qué decir de las dos gigantescas estatuas que te guían hacia la recepción? ¿Y de las nubes de algodón que cuelgan del techo en la sala de desayunos? ¿Y por qué no? Junto a la escalera que conduce a las plantas hay un ascensor. Una serie de fotografías enmarcadas que inmortalizan coches de época y bellezas atemporales te guiará hasta tu habitación. Esos pasillos desprenden una gran dulzura, gracias a un juego de penumbras muy ingenioso. El personal es discreto y sabe anticiparse a tus necesidades. Hay colores atrevidos como el malva, el naranja, etc.
masaje, salón de belleza, baño turco
fitness, gimnasia, deportes
Un entorno muy prestigioso y un precio razonable para un hotel de esta categoría.
Fuera del ajetreo de las Grandes Avenidas, este hotel con clase apuesta por la discreción y la intimidad.
Un establecimiento serio cerca de los Grands Boulevards.
Este hotel es un valor seguro, situado en uno de los barrios más animados de París, y rinde culto a su tranquilidad.
Un muy agradable 2 estrellas de barrio.
Un hotel magnífico y muy tranquilo
Atmósfera de la sabana africana detrás de la Puerta de Orleans.
Gran hotel con unas magníficas habitaciones renovadas con un estilo sobrio, moderno y refinado.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.