No hace falta decir que las habitaciones del Sacher son sublimes y que están admirablemente bien decoradas y equipadas. Las habitaciones estándar tienen una superficie de 30 m². Todas son distintas y en todas tendrás la impresión de estar durmiendo en un palacio imperial, con el elegante salón, el mobiliario de época (cómodas, escritorio) de los siglos XVIII y XIX, los frigoríficos de madera con motivos dorados y otros adornos, la chimenea, el reloj y demás objetos originales. Lo que no impide que la modernidad esté presente: impresora, teléfono con conexión de acceso a Internet, discreto aire acondicionado individual, minibar, caja fuerte con código electrónico suficientemente grande como para guardar un ordenador portátil, o televisión con pantalla plana con 60 cadenas y lector de DVD para ofrecerte todas las comodidades modernas que necesites. A la hora de reunirse con Morfeo, te espera una gran cama real con baldaquín para una noche de ensueño. Desde las ventanas se puede observar la ópera, justo enfrente del hotel. El cuarto de baño, decorado con hermosos cuadros, se parece a las suntuosas salas termales romanas: es inmenso y está decorado con columnas y arcadas. Cuenta con una gran bañera de patas, wc separado, bidé, ducha separada, báscula, zapatillas, albornoces, lavabo doble, secador de pelo, espejo de aumento, teléfono, pañuelos y numerosos productos de tocador. Te podrás lavar por la mañana bajo la mirada complaciente de una estatua de un ángel. Si piensas darte un baño, presta atención porque la bañera se llena en 3 minutos. Las habitaciones de las plantas 6 y 7 (añadidas durante la renovación de 2005) cuentan además con una pantalla de plasma en el cuarto de baño, así como con jabón de chocolate. También hay 7 habitaciones con una terraza de 120 m². Hay servicio de habitaciones las 24 horas y algunas suites disponen de un mayordomo a su servicio.