La sala del desayuno es la del restaurante principal. Provista de un techo alto decorado con estuco, es una lástima que no de al exterior. Pero la variedad del bufé matutino lo compensa. Fruta fresca, yogures, queso, charcutería, bollería, pasteles, cereales, salchichas, judías con salsa de tomate, beicon, huevos revueltos, tostadas, etc. Para satisfacer todos los gustos. A mediodía, puedes almorzar algo rápido en el salón-bar, con un ambiente típicamente británico (barra de madera, espacios íntimos y sillones de terciopelo). Por la noche, tienes dos opciones: comida italiana o inglesa. Con menú o a la carta, con una buena carta de vinos de todo el mundo, en particular de Nueva Zelanda, Argentina, Chile, Italia y Portugal.