


El hotel Sherlock Holmes, bien situado, confortable y elegante, es una buena opción para descubrir el Londres tradicional sin arruinarse. Destaca la cercanía a Oxford Street para las compras.
- Bien situado
- Encanto
El hotel Sherlock Holmes, bien situado, confortable y elegante, es una buena opción para descubrir el Londres tradicional sin arruinarse. Destaca la cercanía a Oxford Street para las compras.
En Baker Street (metro del mismo nombre), a 10 min a pie de las tiendas de Oxford Street. El barrio de los teatros y los principales monumentos están a 10 min en metro (directo a través de la línea Bakerloo).
El Sherlock Holmes tiene 119 habitaciones, 14 de ellas estudios executive con cama con baldaquín y 4 suites loft con capacidad para 5 personas. En estas suites, el acceso a Internet Wi-Fi es gratuito. Un servicio de cortesía incluye igualmente una botella de agua mineral y un plato de fruta fresca cada día. Todas las habitaciones dan a la calle o a una calle sin salida en la parte trasera. No existen problemas de insonorización. La televisión cuenta con algunas cadenas internacionales. El mobiliario, de madera barnizada, combina bien con la moqueta marrón y las paredes de color amarillo claro. Hay que destacar la mampara traslúcida que separa la habitación del cuarto de baño. Ésta agranda por un efecto óptico el espacio disponible (unos 16 m² en las estándar). Dispone de bañera, secador de pelo y productos de higiene de la marca Molton Brown o Spa. El resto de las instalaciones consisten en aire acondicionado, teléfono y un servicio de té y café.
El Sherlock Holmes, abierto en 2001, está situado en el nº 221 de Baker Street, donde vivía el célebre personaje de Conan Doyle. Por lo tanto, el interior posee un ambiente sherlockiano con una efigie del personaje encima del bar pero los no adeptos al legendario detective pueden estar tranquilos: el establecimiento no ha exagerado la decoración hasta convertirlo en un hotel temático. La impresión de conjunto es más bien la de una casa londinense tradicional: suelo de parqué, artesonado, amplios sillones de cuero y sobre todo una verdadera-falsa chimenea con llama azul alimentada con gas. La disposición de los espacios comunes es original: se entra por el bar y acto seguido se accede a la recepción. Los salones de lectura (también provistos de una chimenea) se encuentran al fondo, detrás del restaurante. El resultado es que el Sherlock Holmes no parece un hotel. Es el famoso concepto del hotel boutique, muy en boga en Londres, que se aplica a establecimientos en general pequeños- que se diferencian de los hoteles clásicos por su acondicionamiento o su decoración.
El restaurante del Sherlock Holmes se organiza de una forma que merece destacarse. La decoración es la cocina. La sala se abre efectivamente a un amplio mostrador que recibe por las mañanas los platos calientes y fríos del desayuno y que en las dos comidas restantes permite ver al chef. Es allí donde éste prepara los platos tras elaborar en la cocina trasera el trozo de foie gras o las gambas de la receta. Al principio resulta sorprendente pero acabas por acostumbrarte a los gestos del maestro removiendo la salsa, dado la vuelta en la parrilla a los filetes de pescado o introduciendo una pizza en el horno de madera,... y parece que todo a la vez. Es imposible adivinar el resultado antes de tenerlo delante. Y cuando llega el plato, no te dejas ni un trocito, ya se trate de pasta con foie gras, pato con cinco especias o lubina al hinojo. Hay que destacar también que las verduras y la carne son biológicas. Es una pena que la sala no de al exterior. Es más agradable sentarse en el bar que posee ventanales con vistas a la calle.
El Sherlock Holmes, con salones de ambiente acogedor que recuerdan a una casa inglesa tradicional, es ideal para una estancia en Londres en un entorno típico. Con una buena relación calidad-precio, encontrarás habitaciones confortables, una cocina creativa y un agradabilísimo espacio-bar para tomar el té. No dudes en almorzar en el hotel a mediodía para degustar las delicias propuestas en esta comida. Con la ventaja además de que el precio no supera las 14,5 £ (22 €): bastante barato si tenemos en cuenta los precios de Londres.
masaje, salón de belleza, sauna, hammam, puesta en forma, EPA, baño turco, wellness
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El Royal Sussex, hotel sencillo pero bien situado, es perfecto para los que no dispongan de mucho presupuesto y busquen un lugar donde hacer un alto entre dos días de compras en los mercados, dos noches en los pubs y una tarde en Little Venice.
Aviso a los aficionados a la Historia: la historia del Claridge's forma parte integrante de la historia de Inglaterra. Inaugurado en 1854, el hotel suele alojar a miembros de la familia real. Aunque el funcionamiento ha cambiado un poco desde aquella época: en sus orígenes, los propietarios alquilaban las habitaciones durante 6 meses y luego volvían al campo. No te preocupes, el establecimiento, actualmente, está abierto durante todo el año. El pasado del establecimiento está presente en todos los rincones del Claridge's, desde las zonas comunes hasta las habitaciones, aunque estas hayan adoptado todos los equipamientos modernos dignos de un hotel de 5*. Recomendable para todos aquellos que se puedan permitir alojarse en él.
El Washington Mayfair vio la luz en 1913 y se ha ido renovando desde entonces (incluso regularmente), pero por suerte ha conservado su fachada original Art Decó. Los propietarios han combinado una decoración contemporánea con unos elementos asiáticos de anticuario que han colocado aquí y allá en las zonas comunes. Un hotel ideal tanto si estás en Londres por negocios o por turismo...
Desde el exterior, The Caesar se parece a los numerosísimos edificios sobrios y elegantes de la capital británica. Sin embargo, los bambúes gigantes situados junto a la entrada ya dejan entrever el estilo de la casa: espléndido y moderno. He aquí un nuevo ejemplo de una lograda reforma. Este logro se aprecia con los numerosos elementos decorativos de antaño, como los mosaicos que encontrarás por todas partes... Es un hotel ideal para todo tipo de viajeros, aunque es más recomendable para parejas de todas las edades.
Después de más de un año y medio de cierre, este palacio mítico reabrió sus puertas en 2008 tras importantes obras de renovación. Una leyenda viva en la que se ha alojado más de una personalidad. Estas últimas tendrían probablemente algunas dificultades para reconocer el lugar, ya que el hotel ha sido renovado de arriba a abajo. El Langham también ha aprovechado para abrir un magnífico spa. Un establecimiento ideal para alojarse (según tus posibilidades) o simplemente para visitar si pasas por la zona.
El Dorchester, construido en 1931, forma parte de las instituciones londinenses. Pero a sus casi 80 años, este establecimiento más que respetable nunca ha parecido tan joven. En estos últimos años numerosas novedades han llegado al hotel: un spa ultramoderno nuevecito acompañado de un restaurante y un establecimiento Alain Ducasse con una decoración más de diseño... Todo ello sin alterar la decoración de antaño que le dio su encanto y renombre. Todo ello, evidentemente, tiene un precio.
¿Qué dirías si te propusiesen pasar la noche en un museo? Es la impresión que te dará el vestíbulo del gigantesco Cumberland con sus esculturas contemporáneas y su juego de luces multicolor. La atmósfera particular continúa en los tres restaurantes y los cuatro bares pero se detiene a las puertas de los ascensores. De hecho las habitaciones son mucho menos impresionantes, aunque advertimos un ligero esfuerzo decorativo. Un hotel aconsejado a una clientela joven, ávida de originalidad o amante de las grandes estructuras.
Tan de moda actualmente como cuando abrió en 1997, el Metropolitan es el hotel de las estrellas, de los famosos, de las reuniones de negocios y las noches elegantes, de la juventud dorada de Londres y de otros lugares. Se recomienda probarlo en el marco de una oferta de fin de semana para apreciar el desayuno; a recordar para su comida sorprendente, fusión de cocina japonesa y peruana. No olvides hacer una reserva, porque todo el mundo conoce este lugar.
El Brown's Hotel fue el primer establecimiento hotelero que abrió sus puertas en la capital británica. Asimismo, se puede enorgullecer de haber sido inmortalizado en el libro "En el Hotel Bertram" escrito por una tal Agatha Christie. Sin embargo, desde que la célebre escritora se alojó entre sus paredes en el siglo pasado, el hotel ha cambiado un poco. No obstante, aunque el hotel tenga hoy una decoración contemporánea y de diseño, su interior sigue conservando un ambiente de antaño...
No te fíes de las apariencias de este edificio clásico del siglo XIX. Aunque el interior es tan elegante como el exterior, esconde algunas sorpresas que descubrimos con agrado. ¡Tal vez porque no se trata de un hotel convencional! Sino de una "amplia casa de lujo" como le gusta denominarlo a la dirección, situada en pleno corazón del elegante barrio de Kensington y a dos pasos del parque homónimo. Por lo que deberás tener la cartera llena si quieres alojarte o cenar en este 5 estrellas.
El Sanderson forma parte de los hoteles indispensables del planeta. No puedes perderte su insólita decoración (en absoluto la de un hotel clásico) y su particular ambiente. Para tomar algo, cenar... Los incondicionales con medios se quedarán algunas noches.
El Courthouse, perteneciente a la cadena alemana Kempinski (que incluye hoteles y complejos hoteleros de alta gama en Europa, Asia, África y Latinoamérica), presenta el atractivo de su ubicación (muy cerca de Oxford Street y sus tiendas) así como su confort de diseño. Uno de los hoteles boutique más en boga en Londres.
Tan de moda actualmente como cuando abrió en 1997, el Metropolitan es el hotel de las estrellas, de los famosos, de las reuniones de negocios y las noches elegantes, de la juventud dorada de Londres y de otros lugares. Se recomienda probarlo en el marco de una oferta de fin de semana para apreciar el desayuno; a recordar para su comida sorprendente, fusión de cocina japonesa y peruana. No olvides hacer una reserva, porque todo el mundo conoce este lugar.
Dirección de prestigio en la capital inglesa, el Lanesborough es una verdadera institución. Ubicado en el prestigio barrio de Hyde Park, este 5 estrellas ofrece todo lo mejor a nivel de lujo. Su estilo típico inglés tiene mucho encanto y su edificio de 1828, recientemente reformado, representa un renacimiento de la tradición de acogida inglesa. Sus 95 habitaciones tienen una atmósfera íntima y refinada que te hará vivir una experiencia única.
El Berkeley es ideal para un fin de semana dedicado a la gastronomía y a las compras en los barrios más distinguidos de Londres. El reverso de la moneda son sus elevados precios. Reservar para las grandes ocasiones.
El Royal Horseguards es sin duda un lugar ideal para aquellos en busca del esplendor victoriano de antaño. Sus cinco estrellas lo convierten en un establecimiento de un estilo puramente británico que ofrece a sus clientes equipamientos de alta tecnología.