Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
El hábito no hace al monje, y mucho mejor para el Tower Hotel. Este establecimiento de la cadena Guoman repara la fealdad exterior del edificio con un interior agradable que combina unos espacios completamente nuevos, un mobiliario antiguo y un servicio magnífico.
Pese a que está ligeramente alejado de las principales estaciones de la ciudad (y eso que se puede llegar a St Pancras en unos veinte minutos), el hotel disfruta de una extraordinaria situación frente al Tower Bridge. Su cercanía con muchos establecimientos deportivos y culturales y su implantación en un barrio en pleno desarrollo hacen que resulte un establecimiento excelente.
De entrada, la vista de las habitaciones es atractiva. La mirada se posa directamente en el Tower Bridge, el puerto que rodea al hotel o incluso ofrece una visión panorámica de la City, que en ocasiones permite disfrutar de hermosos espectáculos (nos referimos en concreto a la reciente instalación del Shard y su espectáculo de luces, visible directamente desde el hotel).
En cuanto a las habitaciones, el balance es muy variable. El hotel propone cinco categorías de habitaciones. Una de ellas está especialmente reservada a los clientes Guoman y hay que reconocer que la diferencia es considerable. Las habitaciones estándar ofrecen un confort correcto (la cama es de muy buena calidad) y un mobiliario de madera un poco anticuado que deja sitio a unos elementos más resplandecientes. No obstante, las habitaciones están globalmente bien equipadas y son luminosas. Tampoco hace falta nada más. Se puede pedir un menú especialmente diseñado para el servicio de habitaciones.
Con ocasión del Jubileo de Diamante de la Reina, un periodista inglés escribió que la única cosa que había que recordar de la celebración era la fealdad del Tower Hotel, que desfiguraba las orillas del Támesis y que solo merecía ser destruido. En efecto, el aspecto exterior del establecimiento no ha cambiado ni un ápice desde 1973 y pide a gritos una renovación. El hotel recuerda a un gran complejo de hormigón con aires de instituto urbano y no incita a alojarse en él. Pero esta mala impresión se olvidará rápidamente cuando pongamos un pie en el vestíbulo. El conjunto, de mármol y baldosas, está muy americanizado y resulta eficaz. La recepción, muy amplia, se encarga rápidamente de los clientes, mientras que los mozos de equipaje y el servicio de conserjería cuidan los detalles. El letrero de Avis, oficina de alquiler de vehículos, es muy práctico para un hotel que se focaliza en gran parte en los ejecutivos.
Las plantas, mucho más modernas, recuerdan a las crujías de los barcos antiguos. Hay que destacar que la ausencia de decoración es responsable en parte de esta impresión porque uno se encuentra paseando por una zona sin alma, con unos colores convencionales. La longitud y la estrechez de los pasillos también participan en el carácter marítimo del establecimiento. No obstante, nos han gustado las horas de trabajo invertidas en cada rellano porque ninguno de las 14 plantas es igual. Además, está previsto realizar un proyecto de renovación (a lo largo del año 2012) para volver a pintar los cuatro primeros niveles.
El establecimiento tiene con qué contentar a sus clientes en lo que a la restauración se refiere gracias a La Brasserie, presente en varios hoteles del grupo Guoman, y su Xi Bar. En cambio, el diminuto gimnasio no nos ha causado las mejores sensaciones.
Al igual que en los otros restaurantes homónimos de los hoteles Guoman, La Brasserie propone una cocina internacional. Los precios son más bien elevados. Calcula aproximadamente diez euros por un entrante con foie de pato y 20 euros por una "Gourmet Burger", de ternera o pollo. El ambiente del restaurante es agradable y nos ha gustado la terraza que lo prolonga. Eso sí, la intimidad del restaurante es relativa. La mayoría de las mesas están dispuestas en semicírculo, lo que obliga a los clientes que están del lado de la pared a compartir el mismo banco.
El Xi bar también es moderno y elegante. Su situación privilegiada, frente al Tower Bridge, hace que sea un lugar de quedada habitual entre los londinenses. Tiene una amplia selección de vinos y cócteles.
salón de belleza
fitness
Anonyme.
Situé à Tower Hill, cet hôtel est tout simplement excellent, bien situé, trés confortable, des chambres nickel avec tout ce qu'il faut pour un voyageur (fer à repasser, séchoir, bouteille d'eau dans les chambres). Que vous alliez à Londres pour le travail ou pour le plaisir, choisissez cet hotel. La vue sur Tower Bridge une pure merveille et les quais (St Katherine's Dock) le petit port est absolument charmant. Proche du métro. Un grand de choix de restaurants à proximité de plus.
La vue sur la Tamise et le Tower Bridge. La qualité du restaurant et english breakfast. Le confort. L'amabilité du personnel. Le calme.
L'hôtel extérieurement n'est pas très séduisant. Prix exorbitants du restaurant pour ceux qui n'ont pas la nuitée petit déjeuner compris.
Este bonito edificio clásico de ocho plantas está situado en Piccadilly y muy cerca de St James Park. Ideal para pasar un fin de semana en un marco de lujo pero austero en los precios.
Espléndida vista de la Torre de Londres: este hotel goza de un emplazamiento ideal para descubrir el este y el norte de la ciudad. En el programa de visita: mercados cubiertos o al aire libre, ambiente Wall Street de la City y descubrimiento de la ribera del Támesis.
Recomendamos este hotel por sus precios razonables y su ubicación, muy cerca de la Tate Modern Gallery. Desde el Mercure City Bankside, puedes descubrir la ribera acondicionada del Támesis y los lugares más interesantes del sur de Londres sin tener que coger el metro.
Con un nombre difícil de pronunciar, este hotel boutique se encuentra en pleno centro de la City en una calle epónima. Es fácil apreciar sus ventajas. Situado en un antiguo banco, cuenta con una decoración elegante, una comodidad digna de su nivel (5 estrellas) y una ubicación privilegiada en el centro de esta zona de negocios. Es una pena que no tenga instalaciones deportivas ni de ocio. Ni una pequeña sala de fitness o una sauna. Un hotel recomendable principalmente para clientes de negocios.
Un hotel refinado, idealmente situado en un barrio animado de Londres a poco distancia de la City y de atractivos turísticos situados en los barrios de Liverpool Street y de Aldgate. La recepción que sirve también de galería de arte tiene una atmosfera lujosa y acogedora. El conjunto de las instalaciones son de calidad y tienen un encanto contemporáneo poco común. El hotel fue diseñado por el hijo de los propietarios, y su otro hijo fotógrafo dio algunas de sus obras para dar el toque final a la decoración de las habitaciones.
El Bermondsey Square (b2 para los amigos), abierto en abril de 2009, presenta la particularidad (¡poco habitual!) de no ubicarse en un edificio rehabilitado. Construido de arriba a abajo, el edificio contemporáneo de cinco plantas con aspecto de oficinas se sitúa en un barrio en fase de edificación a dos pasos de la city y de las atracciones del sur de la ciudad. Un hotel "informal, acogedor y agradable" (según las propias palabra de la dirección) de dimensiones razonables, éste es el concepto de este establecimiento de gran potencial en la capital británica.
The Boundary, llegado recientemente a la plaza de Londres, forma parte de la nueva generación de hoteles ultramodernos instalados en edificios antiguos. Un caso habitual en una ciudad donde las rehabilitaciones de edificios antiguos proliferan por doquier. Lejos del bullicio frenético de los lugares turísticos de la capital, el hotel se ubica en el corazón de un barrio en fase de edificación. Un establecimiento aconsejado a aquellos que sufren agorafobia, a los amantes de las pequeñas estructuras de diseño o simplemente a las parejas de enamorados.
Este hotel de bajo coste ofrece la ventaja de tener habitaciones amplías, es probablemente la mejor relación calidad-precio que podrás encontrar en Londres, pero no te espera nada a parte de una cama confortable. El hotel es totalmente no fumador y ¡Ojo! Si fumas en tu habitación te expones a una multa de 150 Libras esterlinas. Recomendamos este hotel a las familias que tienen un presupuesto escaso o a los jóvenes que no pasarán mucho tiempo aquí.
No te fíes de las apariencias de este edificio clásico del siglo XIX. Aunque el interior es tan elegante como el exterior, esconde algunas sorpresas que descubrimos con agrado. ¡Tal vez porque no se trata de un hotel convencional! Sino de una "amplia casa de lujo" como le gusta denominarlo a la dirección, situada en pleno corazón del elegante barrio de Kensington y a dos pasos del parque homónimo. Por lo que deberás tener la cartera llena si quieres alojarte o cenar en este 5 estrellas.
El Sanderson forma parte de los hoteles indispensables del planeta. No puedes perderte su insólita decoración (en absoluto la de un hotel clásico) y su particular ambiente. Para tomar algo, cenar... Los incondicionales con medios se quedarán algunas noches.
El Brown's Hotel fue el primer establecimiento hotelero que abrió sus puertas en la capital británica. Asimismo, se puede enorgullecer de haber sido inmortalizado en el libro "En el Hotel Bertram" escrito por una tal Agatha Christie. Sin embargo, desde que la célebre escritora se alojó entre sus paredes en el siglo pasado, el hotel ha cambiado un poco. No obstante, aunque el hotel tenga hoy una decoración contemporánea y de diseño, su interior sigue conservando un ambiente de antaño...
El Courthouse, perteneciente a la cadena alemana Kempinski (que incluye hoteles y complejos hoteleros de alta gama en Europa, Asia, África y Latinoamérica), presenta el atractivo de su ubicación (muy cerca de Oxford Street y sus tiendas) así como su confort de diseño. Uno de los hoteles boutique más en boga en Londres.
Tan de moda actualmente como cuando abrió en 1997, el Metropolitan es el hotel de las estrellas, de los famosos, de las reuniones de negocios y las noches elegantes, de la juventud dorada de Londres y de otros lugares. Se recomienda probarlo en el marco de una oferta de fin de semana para apreciar el desayuno; a recordar para su comida sorprendente, fusión de cocina japonesa y peruana. No olvides hacer una reserva, porque todo el mundo conoce este lugar.
Dirección de prestigio en la capital inglesa, el Lanesborough es una verdadera institución. Ubicado en el prestigio barrio de Hyde Park, este 5 estrellas ofrece todo lo mejor a nivel de lujo. Su estilo típico inglés tiene mucho encanto y su edificio de 1828, recientemente reformado, representa un renacimiento de la tradición de acogida inglesa. Sus 95 habitaciones tienen una atmósfera íntima y refinada que te hará vivir una experiencia única.
El Berkeley es ideal para un fin de semana dedicado a la gastronomía y a las compras en los barrios más distinguidos de Londres. El reverso de la moneda son sus elevados precios. Reservar para las grandes ocasiones.
El Royal Horseguards es sin duda un lugar ideal para aquellos en busca del esplendor victoriano de antaño. Sus cinco estrellas lo convierten en un establecimiento de un estilo puramente británico que ofrece a sus clientes equipamientos de alta tecnología.