Baden-Baden: Ciudad balneario del oeste de Alemania.

Situada a menos de una hora de Estrasburgo, en el estado alemán de Baden-Wurtemberg, la Selva Negra está salpicada de altas cumbres, viñedos, ricas granjas y grandes lagos. Esta región, fronteriza con Francia, alberga decenas de balnearios, entre ellos el muy chic de Baden-Baden, en el suroeste de la región. Fundada por los romanos en el año 80 d.C., Baden-Baden es hoy Patrimonio Mundial de la UNESCO y una de las grandes ciudades balneario de Europa.

Durante siglos, Baden-Baden ha crecido con sus clientes. Pero el balneario se ha mantenido fiel a la tradición. Encontrará tiendas, pastelerías y cafés regentados por familias durante generaciones. Además, esta ciudad alemana ofrece a sus visitantes un variado programa durante todo el año: desde conciertos a visitas a los museos locales, pasando por eventos organizados en el casino o el teatro, es poco probable que su estancia en Baden-Baden resulte aburrida.

Considerado uno de los balnearios más exclusivos del mundo, Baden-Baden es una historia de éxito desde finales del siglo XVIII. En aquella época, la ciudad era famosa en todo el continente, lo que le valió el sobrenombre de"capital veraniega de Europa" hasta la década de 1870. Las termas de Friedrichsbad, que datan de 1877, siguen considerándose uno de los mejores balnearios de Europa.

En el pasado, la ciudad era conocida simplemente como Baden. Sin embargo, debido a su situación geográfica -en el estado de Baden-Wurtemberg- era costumbre llamarla "Baden en Baden". Este nombre permitió a los alemanes distinguir el municipio de las demás ciudades del país, algunas de las cuales llevaban el mismo nombre. Hasta 1931 no se reconoció oficialmente el nombre de Baden-Baden.

Baden-Baden conserva su atractivo turístico, sobre todo desde la apertura del famoso balneario de Caracalla en 1985. Este complejo termal ocupa más de 4.000 m² y es uno de los favoritos de los viajeros, así como de los lugareños y alsacianos, que no dudan en hacer el viaje de ida y vuelta para pasar un día. Los numerosos parques y jardines de la ciudad también invitan a relajarse y desconectar, sea cual sea la estación. Por último, suba en funicular a la cima del monte Merkur para admirar las vistas sobre Baden-Baden y la Selva Negra.

Entre los numerosos monumentos que no debe perderse durante su estancia en Baden-Baden se encuentran los dos castillos de la ciudad, el Festspielhaus (el segundo teatro de ópera más grande de Europa), el Kurhaus con su casino y Trinkhalle, y el teatro con su típica fachada de la Belle Époque. En cuanto a museos, no se pierda los de Fabergé y Frieder Burda.

Los amantes de la naturaleza y las escapadas al bosque también pueden aprovechar sus vacaciones en Baden-Baden para explorar parte de la Selva Negra. Para descubrir los extensos bosques de coníferas de la región, tome la Route des Crêtes, que une Baden-Baden con Freudenstadt. A pocos minutos en coche del centro, la cascada de Geroldsau es también un paraje natural muy popular entre los excursionistas.