Alemania: Alemania, de la riqueza cultural de Berlín a la Selva Negra de Baviera

Cultura, historia, gastronomía, paisajes, vida urbana... A Alemania no le faltan atractivos cuando se trata de turismo. Por eso no es de extrañar que atraiga a tantos visitantes cada año.

¿Por qué vienen? Por muchas razones, todas buenas.

En primer lugar, están los amantes de la arquitectura y la historia arquitectónica. Y con 2.000 años de historia, Alemania está llena de logros humanos capaces de transportar a los visitantes a través del tiempo.

La Edad Media puede contemplarse en ciudades medievales como Rüdesheim am Rhein, mientras que el Romanticismo alemán queda ilustrado por los magníficos castillos de Neuschwanstein y Heidelberg.

Sin embargo, desde el punto de vista turístico, los monumentos más populares son la Catedral de Colonia, seguida de la Frauenkirche de Dresde y la Puerta de Brandemburgo de Berlín.

Como suele ocurrir en Alemania, el turismo urbano es el más importante.

Berlín, Múnich, Hamburgo, Fráncfort y Colonia atraen cada año a un gran número de visitantes, que vienen a descubrir estas ciudades tanto por su arquitectura como por su vida cultural.

De hecho, rara vez hay un momento aburrido en las ciudades alemanas, con conciertos, festivales y grandes acontecimientos deportivos (el maratón de Berlín, por citar sólo uno).

También hay festivales callejeros, mercadillos navideños (toda una institución) y grandes acontecimientos como la Fiesta de la Cerveza de Múnich, el Christopher Street Day de Colonia, el Carnaval de las Culturas de Berlín y los carnavales de Maguncia y Colonia.

Cuando se trata de cultura, a las ciudades alemanas tampoco les faltan lugares de exposición. Hay nada menos que 6.250 museos en el país, que ofrecen a los visitantes la oportunidad de descubrir mundos fascinantes como el arte, la historia, la tecnología, la arquitectura, la literatura y la historia natural. Entre las instituciones que no debe perderse están la Isla de los Museos de Berlín, el Städelsches Kunstinstitut de Fráncfort, donde se exponen obras de maestros antiguos y artistas modernos, y el Deutsches Museum de Múnich, considerado uno de los museos técnicos más importantes del mundo.

Un viaje deportivo por bosques y estaciones balnearias

Alemania destaca también por la diversidad de sus paisajes y la importancia concedida al desarrollo del turismo de naturaleza.

El país está surcado por una red de rutas de senderismo de nada menos que 190.000 kilómetros. Los ciclistas también están bien atendidos, con 70.000 kilómetros de carriles bici.

Ya sea a pie, en bicicleta o en coche, Alemania es un lugar ideal para descubrir las costas del Mar del Norte y del Báltico, donde encontrará balnearios, la Selva Negra, el Lago de Constanza, tradicionales estaciones balnearias en el norte y fuentes termales en el sur.

Los amantes de la naturaleza salvaje estarán encantados con la oferta de 16 parques nacionales, 104 parques naturales regionales y 15 reservas naturales repartidos por todo el país.

Ni que decir tiene que, en cuanto a diversidad y variedad de plantas y animales, los observadores tienen mucho donde elegir. Lo que sí podemos afirmar es que la región de Allgäu, en el sur de Alemania, es una de las más populares para este tipo de observación.

Los vinos alemanes son similares a los de Alsacia. Los más famosos son los del Rin, como ilustra la Ruta del Vino. Los amantes del vino no querrán perderse la mayor fiesta del vino del mundo, que se celebra en Bad Dükheim a mediados de septiembre. Alemania cuenta con trece regiones vinícolas (en torno a los ríos Rin, Mosela y Elba), nueve en el suroeste y dos en el sureste, que cubren 100.000 hectáreas, el equivalente a la región vinícola de Burdeos.

Según el Instituto Alemán del Vino, Alemania produce 50 variedades de uva a través de 20.000 viticultores, y la buena noticia es que cada vez son más jóvenes. Los jóvenes alemanes también beben menos cerveza y más vino que sus mayores. Alemania es el primer importador mundial de vino y el primer productor mundial de Riesling, y también produce vinos espumosos llamados Sekt.

Alemania también es famosa por su cerveza. En todo el país, más de 1.200 fábricas comercializan 5.000 marcas distintas de cerveza. Para probar una de estas muchas cervezas, visite la Hofbrauhaus de Múnich, la mayor fábrica de cerveza de la ciudad (con más de 1.000 empleados).

Los amantes de los licores fuertes querrán probar el aguardiente, término genérico para cualquier tipo de alcohol fuerte capaz de calentar y levantar el ánimo...