Este imponente edificio de los años '50 junto al parque Eduardo VII, es uno de los hoteles más lujosos de Lisboa. Su vestíbulo es de estilo imperial, decorado con cuadros y esculturas de artistas portugueses. Para tomar el té, dirígete sobre las 17:00 h al Alameda negreiros lounge, situado cerca del vestíbulo. De lunes a sábado por la noche, otro bar, completamente decorado en negro y rojo, permite relajarse mientras disfrutas de varios cócteles y escuchas música en directo. Puedes comerte un bocadillo o picar algún tentempié.
Un magnífico spa propone diferentes masajes y tratamientos (especialmente diseñados para el Ritz) en un entorno refinado y zen. Desde el spa se puede acceder a la sauna, al hammam y a la piscina. En el spa café puedes tomar infusiones, tés y otras bebidas. Los clientes tendrán la posibilidad de comer en el spa para aprovechar mejor su día de relax y cuidados. De este modo los maridos se pueden reunir con sus mujeres para comer. A diferencia de numerosos spas, éste no está cerrado al exterior, la luz del día pasa a través de las múltiples ventanas.
Los entusiastas o los aficionados al footing podrán correr en la pista del tejado del hotel disfrutando de las vistas. Una sala de fitness, encaramada en el tejado, con vistas a Lisboa y al Tajo, está equipada con numerosos aparatos.