Edificado en el 2006, el hotel cuenta con unas columnas de 1898, único resto del antiguo balneario. La amplia recepción totalmente de mármol tiene zonas de descanso y sillones mullidos, todo ello, además, con una fuente rectangular parecida a una piscina rodeada de palmeras. ¡Un decorado de ensueño! En uno de los numerosos corredores encontrarás una cabina telefónica y un ordenador con acceso a internet. Las Arenas también dispone de un aparcamiento de 312 plazas (13 euros al día). Pero lo que realmente destaca en el hotel son la piscina externa y el spa. Al tener más de 100 años, la zona de la piscina está protegida. Por ello cuando se reconstruyó en 1933, se respetaron las dimensiones de 33 metros y se recuperó el antiguo trampolín ¡Pero no te atrevas a subirte a él, no se puede usar! En cuanto al spa situado debajo de la piscina, es totalmente moderno pero cuenta con elementos del antiguo balneario: como las antiguas bañeras de mármol o el famoso cartel diseñado por Renal para su inauguración. La mezcla resulta sorprendente y muy atractiva. Aquí encontrarás una amplia zona de tratamientos termales, un cubo suizo, duchas de hielo, escocesa y nebulizada, y 8 cabinas equipadas con luces (cromoterapia) y un sistema independiente de música. Entre masajes terapéuticos, relajantes, especiales, deportivos y quiro-masajes, la propuesta es completa. La zona de descanso, con té y café a disposición, mira a la piscina. El gimnasio con sus 15 máquinas y sus televisores personales en varios idiomas, también. No te preocupes si olvidaste los auriculares, aquí te entregarán unos gratuitamente.