Capital europea, capital de la Navidad, Ciudad de Arte e Historia, centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO... Situada en la encrucijada de Europa, Estrasburgo ha sabido durante mucho tiempo tender puentes entre culturas y épocas diferentes. Ha sabido conservar y valorizar lo mejor de ambas, como demuestra el interés demostrado por la protección de su patrimonio arquitectónico.
La riqueza cultural de Estrasburgo se percibe en todas partes, especialmente en su cultura alsaciana, que recuerda a los visitantes que el respeto a la tradición es tan importante como la apertura de espíritu. Gracias a sus chefs con estrellas Michelin, sus recetas típicas, sus productos regionales y sus vinos excepcionales, Estrasburgo es una parada obligada para gourmets y enólogos.
Y por si su reputación no fuera suficiente, al llegar el invierno, la ciudad se convierte en destino predilecto de los amantes de la Navidad, que no se perderían por nada del mundo el mayor y más antiguo mercado navideño de Europa.