Entre los siglos XVIII y XIX, Morne Brabant fue refugio de esclavos fugitivos. Según la leyenda, cuando se abolió la esclavitud en 1835, se envió a la policía a Le Morne para informarles de que ya eran libres. Por desgracia, temiendo ser capturados, los esclavos fugitivos prefirieron morir libres saltando al vacío. Desde entonces, Le Morne se ha convertido en el símbolo de su lucha por la libertad. Un pequeño museo al aire libre al pie de la montaña transporta a los visitantes a aquellos oscuros días.
