El sultanato de Omán está salpicado de fortalezas: hay más de 500, ¡lo que hace difícil visitarlas todas! Construidos por los omaníes (en el interior) o los portugueses (en la costa), añaden una apreciable dimensión cultural a este país de desierto, oasis y montañas.
Estas magníficas estructuras, algunas de ellas imponentes, se asemejan a enormes castillos de arena que dominan el paisaje o defienden el litoral. Veintidós de ellas se encuentran en las regiones de Mascate, Sour, Nizwa y Salalah, así como en la península de Musandam. Están amueblados como en la época, con alfombras y cojines para arrullar al sueño en el frescor de las habitaciones, y utensilios tradicionales en las cocinas.
Cada uno de estos edificios tiene una particularidad o curiosidad ligada a sus elementos arquitectónicos o a su posición geográfica. Los fuertes de Mascate, Nizwa, Jabrin, Bahla, Nakhl (el mayor del sultanato) y Rustaq son visitas obligadas.