2 semanas para explorar Portugal de norte a sur

Empezamos nuestro viaje en Oporto, con un vuelo de ida desde Madrid: ¡el viaje de vuelta será mucho más al sur!

En términos de atractivo cultural, Oporto casi iguala a Lisboa. Este primer día lo pasará paseando por el centro histórico de la ciudad, descubriendo su fantástico patrimonio: la catedral de la Sé, la iglesia de São Francisco, la estación de São Bento, el Palacio de la Bolsa, la calle Santa Catarina...

Como colofón a esta maravillosa introducción a Portugal, nos reuniremos al final del día a orillas del Duero, en el encantador barrio de Ribeira, el alma de Oporto.

Merece la pena pasar dos días en Oporto antes de ponerse en camino. Aproveche la mañana para poner el broche de oro a su visita al centro histórico, famoso por sus casas cubiertas de azulejos: ¡muy fotogénicas!

El día continúa en la otra orilla del Duero, en el distrito de Vila Nova de Gaia, famoso por sus numerosas bodegas, donde podrá degustar el famoso aguardiente local, el oporto.

En el camino de vuelta, no se pierda la vista desde el puente Dom-Luís, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, al atardecer: una hermosa despedida de Oporto.

Seguimos con el tema del vino de Oporto y los viñedos para este tercer día, dedicado a explorar el Valle del Alto Duero, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en su totalidad.

En plena campiña vinícola, los paisajes son grandiosos, cubiertos de viñedos en laderas aterrazadas, una labor titánica fruto de siglos de saber hacer. Tómese su tiempo para detenerse en uno de los productores y disfrutar de una sabrosa degustación de vinos.

Para pasar la noche, la bonita y pequeña ciudad de Pinhão será suficiente para esta breve escala.

Aprovechemos este día para adentrarnos en el norte de Portugal. La ruta es relativamente corta y atraviesa bellos paisajes de camino a Braga, el objetivo del día.

Por el camino, es más que tentador desviarse para echar un vistazo a Guimarães, una soberbia ciudad medieval también declarada Patrimonio de la Humanidad, que marca el tono de una jornada centrada en la historia y la arquitectura.

En Braga, la tarde se dedicará a visitar magníficos monumentos religiosos: el impresionante santuario del Bom Jesus, la catedral, el Museo de Arte Sacro, la Capilla de los Reyes... ¡un programa repleto!

Otro día, otra prestigiosa escala a la vista: Coimbra, la antigua capital de Portugal, ¡también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO!

Si sale temprano, hay dos paradas en el camino: la playa de Espinho, para un primer chapuzón en el mar nada más pasar Oporto, y por qué no la asombrosa Aveiro, apodada la "Venecia de Portugal".

Pero el punto culminante será Coimbra, con su magnífico casco antiguo: el escenario perfecto para cerrar una jornada llena de emociones.

Es hora de dirigirse a la costa atlántica, que sólo hemos visto brevemente en este viaje.

La primera parada será Nazaré, famosa por sus olas gigantes: tómese su tiempo para admirar este titánico oleaje antes de volver a la carretera, ¡emociones garantizadas!

Una ruta costera nos llevará a la principal escala del día, Peniche. Este gran puerto pesquero, auténtico y todavía poco turístico, será el lugar ideal para comer pescado a la parrilla, no sin antes haber pasado un buen rato en una de sus hermosas playas, frecuentadas sobre todo por los surfistas.

Cuanto más al sur, más se acerca Lisboa y más densa es la expansión urbana. Los alrededores de la capital portuguesa bien merecen una visita de un día entero.

Primero nos dirigimos a Sintra, famosa por su profusión de palacios, ninguno más prestigioso que el Palacio Nacional de Pena, monumento emblemático de la ciudad. Arquitectónicamente armoniosa, Sintra es Patrimonio de la Humanidad, ¡otro más!

Pero la jornada termina un poco más al Sur, en Cascais: esta localidad, muy popular entre los lisboetas, es un lugar ideal para pasar una animada velada, con vistas al mar.

Es fácil pasar una semana en Lisboa y no aburrirse nunca, así que dos días parecen muy poco tiempo para dedicar a este itinerario.

En este primer día en Lisboa, nos centraremos en el corazón de la capital. Pasee por la Baixa, el centro histórico, con sus bellas plazas y su resplandeciente arquitectura. A continuación, súbase a un viejo tranvía, auténtico símbolo de la ciudad, para adentrarse en el encantador barrio de Alfama y sus empinadas calles.

Aquí podrá encontrar un buen restaurante portugués y disfrutar del ambiente de la capital al caer la tarde.

Tras desayunar en un café tradicional lisboeta, subiremos a un tranvía para seguir el curso del Tajo hasta Belém. Aquí, el río se funde con el Océano Atlántico: ¡un magnífico telón de fondo!

La Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos son dos de los monumentos más bellos de Lisboa, emblemáticos del estilo manuelino en boga en Portugal en el siglo XVI. No se pierda: los excepcionales _Pastéis de Nata _ de la Antiga Confeitaria de Belém, ¡una auténtica institución!

Al final del día, podrá pasear por los escaparates de Lisboa, antes de continuar por la noche en el barrio nocturno de moda de Bairro Alto...

Tras este paréntesis en Lisboa, es hora de reanudar nuestra ruta por Portugal. Después de haber recorrido el país a lo largo, nos adentramos en la región del Alentejo, una zona muy bonita y montañosa.

Todavía poco explotado por el turismo, el Alentejo seducirá a los amantes de los paisajes rurales serenos, las pequeñas aldeas típicas y los castillos medievales.

Al final del camino nos espera otra parada encantadora: Évora, la principal ciudad de la región, cuenta con un rico patrimonio histórico y un modo de vida apacible que dan ganas de quedarse más tiempo.

Así que nos quedamos un día más en el Alentejo, sin tener que ir muy lejos de Évora: a menos de una hora en coche, Monsaraz es emblemático de toda la región.

Desde lo alto de su promontorio que domina el río Guadiana, frontera con España, esta encantadora villa medieval amurallada tiene fama de ser una de las más bellas de Portugal.

Tómese su tiempo para pasear por las callejuelas de casas blancas y visitar el castillo. Cuando haga buen tiempo, ¿por qué no se da un chapuzón en alguna de las playas del Guadiana?

Esta es la etapa más larga de nuestro viaje: desde Monsaraz, tardaremos algo más de 3 horas en llegar a Sagres, frente al océano, en el extremo sur de Portugal.

Para compensar, nos quedaremos allí dos días, para empaparnos bien del paisaje costero.

Esto es el Algarve, una región famosa por sus magníficos acantilados y playas. En los alrededores de Sagres, ¡no le decepcionarán! Algunas son ideales para nadar, otras para hacer surf, según sus gustos...

Para nuestro último día en Portugal, nos dirigimos por la mañana a una de las playas más bellas de Portugal, Praia do Amado. Con las olas rompiendo en la arena, este lugar, muy codiciado por los surfistas, es un espectáculo en cualquier época del año.

Es hora de volver a la carretera para recorrer la costa del Algarve, la región más meridional de Portugal. Nuestra ruta termina en Faro, la animada y encantadora capital de la región.

Con su aeropuerto internacional, Faro está bien comunicado gracias a los vuelos de temporada: así no tendrá que conducir en dirección contraria y podrá completar el itinerario en línea recta.