Thirassia, la otra cara de Santorini

Aparte de la gigantesca erupción volcánica de 1600 a.C., la historia antigua de Santorini sigue siendo relativamente poco conocida: no sabemos con exactitud cuándo se separó Thirassia de su vecina, aparte de Plinio el Viejo, que sitúa la fecha en 237 a.C.

Erupciones y terremotos han modelado la geografía de Santorini. Si se observa el mapa de la isla, se puede ver por la forma de Thirassia que no es más que una continuación de Santorini: la geología es la misma, al igual que la vegetación y el relieve.

La ensenada entre Riva, el puerto de Thirassia, y Oia, en Santorini, mide menos de 2 km: este tramo, probablemente colapsado por un terremoto, sirve ahora de puerta de entrada a la Caldera para los barcos de pasajeros que navegan entre las Cícladas y Atenas.

Los barcos de pasajeros no suelen hacer escala en Thirassia, que, a pesar de estar tan cerca de Santorini, nunca ha sido un destino turístico popular. Esta es la más pobre de las islas Cícladas y aquí la actividad principal sigue siendo la agricultura, con sus parcelas de viñas, huertos y gallineros. ¡En las carreteras de Thirassia, a menudo se cruzan más mulas que habitantes!

De hecho, en Thirassia no viven más de 250 personas. Sin embargo, cada día, la población de la isla se duplica, incluso triplica, con la llegada de los barcos de excursión procedentes del volcán de Santorini: se detienen un rato en Korfos, un pequeño puerto en el acantilado, dejando a sus pasajeros almorzar en las tabernas para turistas, subir las escaleras que llevan a la capital, Manolas, para regresar con la misma rapidez cuando llega la hora de partir.

Después, Thirassia recupera toda su tranquilidad.

Nada más poner un pie en el puerto de Riva, la principal ciudad de Thirassia, el contraste con Santorini es evidente: los hoteles de lujo y las pulcras callejuelas de Oia dan paso a destartaladas chabolas y alguna que otra taberna de pescado. Y ésa es la belleza de Thirassia.

Se puede pasar fácilmente un día en la isla, utilizando el pequeño ferry que sale de Ammoudi, el puerto de Oia, a primera hora de la mañana. Las distancias en Thirassia no son insalvables: todo puede hacerse a pie para los excursionistas, pero también es posible explorar la isla en bicicleta eléctrica con un guía.

El objetivo principal será llegar al borde de la Caldera, pero por el lado de Thirassia, para disfrutar de unas vistas inigualables de Santorini: desde el promontorio de Kommares y sus antiguas canteras, pasando por las fantasmagóricas callejuelas de Manolas, hasta el majestuoso monasterio de Kimisi Theotokou, en el extremo sur, la vista es permanente.

Por el camino, tómate tu tiempo para apreciar estos paisajes agrícolas que recuerdan a Santorini antes del turismo, con sólo el sonido de los pájaros perturbando la paz... un descanso intercalado con algunos descubrimientos, como las capillas de fachadas multicolores, especialidad de Thirassia, y las antiguas casas trogloditas de Potamos o Agrilia.

Desde Manolas, las escaleras descienden empinadas hasta el puerto de Korkos, desde donde le espera el enlace de vuelta a Oia... ¡a menos que prefieras quedarte más tiempo y dormir en Thirassia!