La iglesia de Saint-Jean-Baptiste, donde se casó Luis XIV

Los historiadores afirman que ya en el siglo XII existía una iglesia románica en el mismo emplazamiento que el edificio actual. Era el epicentro del pueblo, con varias casas a su alrededor. Pero San Juan de Luz sufrió los estragos de sucesivas guerras, con la dominación inglesa, la Guerra de los Cien Años y las invasiones españolas. La iglesia ardió hasta los cimientos, pero algunos de sus restos permanecen intactos (las ventanas ennegrecidas, por ejemplo).

En el siglo XVI, gracias a la caza de la ballena, la pesca del bacalao y el comercio con las Antillas, San Juan de Luz se hizo próspero y la población creció en consecuencia. En 1630 se decidió reconstruir completamente el edificio. Las obras duraron 50 años y, en el momento de la boda del Rey, la iglesia de Saint-Jean-Baptiste aún estaba en obras.

La iglesia es más conocida por la historia como el lugar donde Luis XIV (el Rey Sol) se casó con María Teresa de Austria (la Niña de España) en junio de 1660. El lugar fue decidido por Mazarino, que quería poner fin a la famosa Guerra de los Treinta Años entre España y Francia. El Rey y su corte llegaron a San Juan de Luz un mes antes de la boda. No menos de 50 caballeros, una guardia de 100 caballos y 300 soldados de infantería se agolparon en la pequeña ciudad.

Este importante acontecimiento dejó su huella en la ciudad. Tanto es así que algunos edificios fueron rebautizados tras la visita real: la casa Joanoenia, que acogió a la futura reina durante su estancia, pasó a llamarse "Casa de la Infanta". Aunque el motivo del matrimonio era esencialmente político, la pareja fue feliz: cuentan que cuando Luis XIV salió de la iglesia, estaba radiante y lleno de atenciones hacia su nueva esposa. Su matrimonio fue fructífero y tuvieron seis hijos.

Nueve años después de la boda real, la puerta por la que los novios entraron en la iglesia fue tapiada para que nadie pudiera volver a utilizarla. Nadie sabe si esta decisión se tomó por orden del rey o por iniciativa de la iglesia.

Aspecto de la iglesia

El interior de la iglesia de San Juan Bautista sigue un plan sencillo con una sola nave ancha y un corto crucero que es sólo ligeramente más ancho que la nave. Su verdadera originalidad reside en la mezcla de estilos: los balcones de varios niveles y los muros blancos de la nave son típicos de las iglesias vascas, mientras que el altar y el crucero tienen influencias italianas.

El altar, de madera tallada y recubierto de oro, ocupa toda la parte trasera de la iglesia. Con sus hileras de estatuas que representan santos, su compleja decoración y su gran tamaño, resulta especialmente impresionante. La mayor parte del mobiliario interior data del siglo XVII, al igual que un púlpito y un relieve de San Ambrosio.

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