La playa de las catedrales se encuentra en Galicia, en pleno norte de España. De julio a septiembre —y durante la Semana Santa— se puede acceder al lugar previa reserva. Pero el verdadero atractivo de este paraje, declarado monumento natural, reside en sus impresionantes formaciones rocosas, modeladas por el viento y el mar y de hasta 30 metros de altura.
El Viejo Continente posee un rico patrimonio histórico, pero ¿y sus maravillas naturales? Te aseguramos de que los países europeos también sobresalen en este campo y tienen lo suficiente para hacer que otros continentes se desmayen. Desde lugares mundialmente conocidos hasta otros que no han sido tocados por el turismo de masas, aquí tienes los siete paisajes que, en nuestra opinión, deberías ver al menos una vez en Europa.
La playa de las catedrales en España
Los acantilados de Moher en Irlanda
Situados al suroeste del Burren, los acantilados de Moher se extienden a lo largo de más de 8 kilómetros. Ofrecen una vista impresionante del océano Atlántico. Si el tiempo lo permite, a lo lejos se divisan las islas de Arran y la bahía de Galway.
Cascada de Bigar (Rumanía)
Situada en la frontera con Serbia, la cascada de Bigar no es una de las más altas ni poderosas del mundo, pero sólo por su belleza merece la pena un viaje a Rumanía. Esta maravilla natural es una enorme roca cubierta de musgo sobre la que fluye tranquilamente el agua. El agua procede de un manantial subterráneo de las montañas de Anina y desemboca en el río Minis.
La Gruta Azul de Capri (Italia)
La gruta azul de Capri parece sacada de un cuento de hadas. Visita obligada en cualquier viaje al sur de Italia, este azul excepcional se debe al eje específico entre la luz exterior y la ubicación de la gruta, situada sobre el nivel del mar. Atención: el lugar está abarrotado en verano, así que es mejor planear una visita fuera de temporada.
La cueva de hielo Eisriesenwelt, en Austria
Situada al sur de Salzburgo, Eisriesenwelt es la mayor cueva de hielo accesible del mundo. Esta cueva de hielo natural fue creada por el río Salzach, que erosionó un canal a través de la montaña y luego formó un flujo de hielo. El sitio está abierto desde finales de primavera hasta mediados de otoño y requiere ropa de abrigo incluso para los días de verano.
La Duna del Pilat, en Francia
Situada en el límite del bosque de las Landas de Gascoña, la Duna del Pilat es la duna más alta de Europa. Los franceses están muy orgullosos de ella, y es fácil ver por qué cuando se llega a su cima. Esta inmensa duna ofrece un panorama impresionante de la cuenca de Arcachon.
La Calzada del Gigante en Irlanda del Norte
La Calzada del Gigante es un conjunto de 40.000 columnas hexagonales de basalto que descienden hasta el océano Atlántico. Cuenta la leyenda que esta maravilla natural fue construida por un gigante. Sin embargo, geólogos más realistas afirman que es obra de la actividad volcánica...