A unos 45 minutos en tren.
Fontainebleau es una ciudad con pasado real. Treinta y cuatro soberanos franceses, desde Luis VI en el siglo XI hasta Napoleón III en el siglo XIX, han pasado temporadas en la aldea y sus alrededores, ya sea en sus bosques, que Luis IX llamaba su "desierto" personal, o en el espectacular castillo de Fontainebleau, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981. Así que, cuando visite Fontainebleau, no hay nada mejor que seguir estos apreciados pasos, ya que tanto los bosques como el castillo están ahora abiertos al público. El bosque de Fontainebleau es el tercer espacio arbolado más grande de Francia, con 250 km2, y fue designado primera reserva natural del mundo en el siglo XIX, tras la aparición de un culto artístico en torno al bosque, especialmente entre la Escuela de Barbizon y los impresionistas. Hoy en día ofrece una gran variedad de paseos y excursiones para aquellos que buscan salir de la ciudad y sumergirse en la naturaleza durante una o dos horas.