Vallée du Paradis empezó a hacerse un nombre en los años sesenta. Por aquel entonces, una pareja alemana había descubierto sus virtudes terapéuticas. La mujer, aquejada de una enfermedad cutánea, se curó milagrosamente tras bañarse en las aguas naturales. La zona es ahora famosa por sus propiedades curativas. Hoy en día, tanto los habitantes como los turistas acuden a estos manantiales excepcionales por sus efectos y su belleza.
