El barrio de Coral Gables es sin duda uno de los más magníficos de la ciudad. Su particularidad, la piscina municipal, bien merece un refrescante descanso del ajetreo de la ciudad. Construida en 1923, no se trata de un parque de atracciones, sino de una piscina pública de agua de manantial, famosa por su decoración veneciana. La originalidad de la piscina reside en su historia, sus plantas tropicales, su cascada que cae desde lo alto de un acantilado de coral, su gracioso puentecito y sus coloridos postes de amarre, como los de Venecia. Durante el verano, la piscina se vacía y se rellena con agua dulce todos los días. Gracias a una tecnología única, el agua de la piscina se mantiene cristalina y turquesa. Aparte de la piscina, una visita a Coral Gables es completa con su playa, fuentes, casas y jardines privados, restaurantes, museos y teatros en la Miracle Mile.