Entre 1 155 y 1 770, los perros guardianes eran una jauría de perros hambrientos que se soltaban en la ciudad por la noche para garantizar su seguridad. Los habitantes sabían que debían permanecer en sus casas hasta la mañana siguiente o se arriesgaban a ser devorados. Hoy en día, ya no hay jaurías peligrosas en las calles, sino un encantador hotel-restaurante en el centro de la ciudad llamado "Les Chiens du Guet".
