El punto de partida de una visita al DomQuartier son los salones barrocos de la antigua Residencia. Estas salas, adornadas con tapices flamencos y vasijas de barro, albergan magníficas colecciones de pintura, entre ellas obras de Rubens y Le Brun. En particular, destaca un cuadro de Rembrandt (¡asegurado en 20 millones de euros!) que representa a su anciana madre rezando. El cuadro es incluso más pequeño que la Mona Lisa, pero resulta fascinante.
