La construcción de la Ruta 66 en 1926 permitió que muchas ciudades como Seligman se desarrollaran gracias al paso de camioneros y muchos viajeros en busca de libertad camino del Oeste americano. La ciudad era un punto de parada esencial para hacer un descanso, ponerse al día con los compañeros de viaje y, por supuesto, mantener la conducción. Fue la época dorada de Seligman, ya que el pueblo rebosaba de gente.
