Después de que el tumultuoso curso del Verdon haya esculpido los espectaculares paisajes de su gran cañón, el contraste es asombroso con la calma olímpica que exhibe el Lac de Sainte-Croix, donde desemboca el río: aquí, las aguas muestran tonos azul celeste que se mezclan con el verde esmeralda, creando un marco soberbio entre el Var y los Alpes de Alta Provenza. Auténtico imán para los amantes de la naturaleza, el lago Sainte-Croix es en realidad obra del hombre, diseñado para controlar las aguas salvajes del Verdon. Este vasto embalse, el tercero más grande de Francia, es ideal para bañarse en sus pequeñas playas y para pasear a pedales, a remo, en barca o en canoa. El lago de Sainte-Croix es un popular punto de partida para explorar las gargantas del Verdon por agua. Esta puerta, que discurre al revés del río, está custodiada por el puente de Galetas, una auténtica frontera entre el apacible mundo del lago y el más escarpado del cañón: ¡una vista impresionante!