Metz, capital de Lorena, tiene una rica historia que se remonta al año 3000 a.C. En la confluencia de dos ríos (el Mosela y el Seille), la ciudad se encuentra en la encrucijada de importantes vías de comunicación y ha conservado huellas de su anexión alemana, sobre todo en la arquitectura de su barrio imperial. Durante la ocupación, el Kaiser Guillermo II intentó germanizar la ciudad construyendo una nueva urbe de arquitectura alemana. Este barrio, también conocido como la Ciudad Nueva, posee una arquitectura notable, ya que en este gran proyecto se pusieron en práctica todas las teorías desarrolladas por los más grandes pensadores y arquitectos europeos de finales del siglo XIX.
Metz es una ciudad muy agradable para recorrer a pie: fue una de las primeras ciudades peatonales de Francia. Con la apertura del Centro Pompidou-Metz en mayo de 2010, la ciudad se ha dotado además de un importante activo cultural, que la posiciona como una ciudad artística y cultural de primer orden.