La primera jornada está dedicada a uno de los edificios más importantes de la capital: la Casa de la Vall. Este edificio encarna todos los códigos de la arquitectura civil andorrana y es también uno de los monumentos más simbólicos y distintivos del Principado. Construida en 1580, esta antigua casa fue la residencia de la familia Busquets hasta 1702, cuando se convirtió en la sede del Consejo General de Andorra.
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