La historia del Museo Nacional de Escultura de Valladolid se remonta a la creación de un convento franciscano en el siglo XVI. El Convento de San Benito, situado en el casco histórico de Valladolid, se utilizó originalmente como residencia de monjes franciscanos. A lo largo de los años, el convento ha sufrido diversos usos y transformaciones. En el siglo XIX se utilizó como prisión y más tarde como hospital militar. No fue hasta el siglo XX cuando el edificio se restauró para albergar el Museo Nacional de Escultura, que abrió sus puertas al público en 1933, exponiendo una colección inicial de esculturas procedentes de diversos lugares de la región. A lo largo de las décadas, la colección se ha enriquecido con adquisiciones, donaciones y préstamos, convirtiendo al museo en uno de los más importantes de España en el campo de la escultura. El museo alberga una variada colección de obras de diferentes épocas y estilos artísticos, que van desde la Edad Media hasta el siglo XX. Las esculturas expuestas son testimonio del talento de los artistas españoles a lo largo de los siglos y reflejan la evolución de la escultura en España.
