La historia de la Catedral de San Salvador de Oviedo se remonta a casi mil años y es testigo de los cambios culturales, religiosos y arquitectónicos que han marcado la región asturiana de España. La construcción de la catedral comenzó en el siglo IX, durante el reinado del rey Alfonso II de Asturias, también conocido como Alfonso el Casto. Este monarca estaba decidido a establecer el cristianismo como religión oficial de su reino, y la catedral fue un importante símbolo de esta empresa. La catedral se dedicó al Santo Salvador, como muestra de gratitud por haber preservado la ciudad de Oviedo de las invasiones moras que habían asolado otras partes de la Península Ibérica en aquella época. Con el tiempo, la catedral sufrió también transformaciones barrocas que dejaron su impronta en algunas partes del edificio. Estos cambios aportaron una estética más ornamentada y dramática al interior de la catedral, con altares ricamente decorados y elaborados detalles escultóricos. La Cámara Santa, construida en el siglo IX, es un notable añadido a la catedral. Alberga un tesoro de arte religioso, parte del cual se remonta a la época de su fundación. Esta capilla privada es un precioso testimonio de la religiosidad y la piedad que rodearon la construcción de la catedral. Hoy en día, la catedral de San Salvador no es sólo un lugar emblemático de importancia histórica, sino también un activo centro espiritual y una importante atracción turística para visitantes de todo el mundo.
