La historia del Parque San Francisco se remonta a varios siglos atrás, y sus orígenes están estrechamente ligados a la evolución de la ciudad de Oviedo. Este emblemático parque es testigo mudo de los cambios sociales y culturales que han marcado la región asturiana. En el siglo XIII, los franciscanos fundaron un convento en los terrenos que hoy alberga el parque. El convento, conocido como "Convento de San Francisco", desempeñó un papel clave en la vida religiosa y social de Oviedo durante varios siglos. Aquí, los franciscanos llevaron una vida de devoción y servicio a la comunidad, dejando una huella duradera en la historia de la ciudad. A lo largo del tiempo, el convento pasó por diversas vicisitudes, como incendios y reconstrucciones. Sin embargo, a pesar de estas pruebas, el convento siguió siendo un importante centro espiritual para los ovetenses hasta el siglo XIX, cuando el gobierno español puso fin a las órdenes religiosas en el país. El parque se inauguró en 1885 y recibió el nombre de Parque San Francisco en honor de su antiguo ocupante. Desde entonces, se ha convertido en un espacio de verdor y belleza natural, apreciado tanto por los ovetenses como por los visitantes. Hoy, el Parque San Francisco es un símbolo de paz y serenidad en el corazón de Oviedo. Ofrece un equilibrio perfecto entre la historia de la ciudad y la belleza de la naturaleza, atrayendo a personas de todas las edades para que se relajen, se diviertan y disfruten de momentos de tranquilidad.
