El edificio que hoy alberga el Museo Nacional del Prado fue diseñado en 1785 por el arquitecto Juan de Villanueva, a iniciativa de José Moñino y Redondo, a instancias de Carlos III. Sólo gracias a Fernando VII, nieto de Carlos III, guiado por su esposa María Isabel de Braganza, se decidió crear un verdadero museo de pintura y escultura. El museo se llamó originalmente Museo Real, ya que albergaba las colecciones reales. Más tarde pasó a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura, y actualmente se denomina Museo Nacional del Prado. Abrió sus puertas al público por primera vez en 1819.
