Según la leyenda, las islas de Sainte-Marguerite y Saint-Honorat deben su nombre a Honorat d'Arles, fundador de la abadía de Lérins, y a su hermana Marguerite. Se cuenta que a Marguerite no se le permitía visitar a su hermano en la isla religiosa de Saint-Honorat. A pesar de ello, su hermano le prometió verla al menos una vez al año, cuando los almendros estuvieran en flor. Margarita, que echaba mucho de menos a su hermano, rezó tanto que un almendro de la isla empezó a florecer cada mes.
Otra leyenda cuenta que Honorat y su hermana Margarita lucharon contra un dragón en la isla. El dragón fue mortalmente herido y murió en las colinas que rodean Draguignan.