Impresionante visita al Cincuentenario de Bruselas

Este arco de triunfo belga, uno de los monumentos más impresionantes e imponentes de Bélgica, recuerda a la Puerta de Brandemburgo de Berlín. Cargado de historia, su imponente construcción no deja indiferente a nadie. Pero también es un lugar de encuentro cultural único en el corazón de la capital europea. Un parque que acoge a deportistas, artistas, familias y grupos de amigos para pasar una tarde soleada, así como a turistas curiosos y visitantes de museos, ¡una visita que debe incluir en su lista de imprescindibles durante su estancia en Bruselas!

El 4 de octubre de 1830 nació una nueva nación:** Bélgica se independizó**. A finales del siglo XIX, el rey Leopoldo II propuso por primera vez en 1876 la idea de un parque para celebrar el cincuentenario de la independencia belga. Decidió construir un parque monumental para exhibir el poder y la riqueza de Bélgica y demostrar su capacidad para organizar acontecimientos internacionales. El rey se unió a la burguesía gobernante para ofrecer a la capital monumentos de prestigio dignos de una capital.

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Así pues, cuando se acerca el quincuagésimo aniversario de la revolución belga que condujo a su independencia, las autoridades están pensando en un emplazamiento para tal proyecto. El parque del cincuentenario estará situado al final de la larguísima Rue de la Loi, que discurre desde el centro histórico de la ciudad. Lo que antaño fue un campo utilizado para maniobras militares es ahora el magnífico pulmón verde de la ciudad, adornado con un majestuoso arco de triunfo. El municipio de Etterbeek, donde se encuentra el edificio, se anexionó a Bruselas para la ocasión.

Naturalmente, el Rey eligió este lugar para celebrar el 50 aniversario de la independencia belga. El acontecimiento que allí tuvo lugar fue un escaparate internacional de los productos del arte y la industria fabricados en Bélgica. En 1888 se celebró una segunda exposición, con un gran concurso internacional de ciencia e industria. El famoso arquitecto Gédéon Bordiau tuvo la idea de centralizar todo el saber de la nación en un solo lugar: el Palacio del Cincuentenario. Construyó dos edificios unidos por columnatas semicirculares, con una arcada en el centro. El rey impuso al arquitecto que todo el complejo se orientara sobre un eje que diera al perfil de la ciudad y estuviera en línea con el Palais Royale por un lado y el Domaine Royal de Tervuren por el otro.

Para preparar la Exposición Universal de 1897, el palacio se amplió de nuevo a petición del rey. Mandó construir dos grandes salones acristalados a ambos lados de la explanada. En un principio, estas salas estaban destinadas a albergar las colecciones del Estado Independiente del Congo, que se expondrían en la exposición. Sin embargo, por falta de espacio, se trasladaron al Palacio de las Colonias de Tervuren, construido para la ocasión. En la actualidad alberga el Museo Real del África Central.

Con motivo del 75 aniversario de Bélgica, un nuevo arquitecto se hizo cargo del proyecto. Charles Girault transformó la porte arcade en una triple arcada, y fue el propio Rey, con la ayuda de varios mecenas, quien financió el proyecto. Sobre el arco, se puede admirar un carro de bronce tirado por 4 caballos, que representa Brabante, así como estatuas que simbolizan las otras 8 provincias de Bélgica.

Puede que le sorprenda la falta de simetría en todo el edificio, pero el monumento conmemorativo del cincuentenario resultó dañado por un gran incendio en 1946. Todo el complejo fue reconstruido, pero en un estilo más moderno. En la actualidad, el Palacio del Cincuentenario alberga nada menos que tres museos: el Museo del Ejército y la Aviación, que recorre la historia del ejército belga; Autoworld, la mayor colección de automóviles del mundo; y el Museo de Arte e Historia, centrado en la antigüedad y la arqueología.

Pero el Parque del Cincuentenario es también, y sobre todo, un lugar de encuentro para los bruselenses. Los fines de semana soleados, el parque se llena de familias que celebran cumpleaños, amigos que hacen un picnic tomando una cerveza o que juegan a todo tipo de juegos al aire libre. Es una buena ocasión para sumergirse en la vida bruselense después de visitar los diferentes museos del palacio. También es escenario de numerosos acontecimientos, como la Fiesta de la Música, los 20 kilómetros de Bruselas, la Fiesta del Medio Ambiente y el famoso mercado medieval a principios de junio.