Chora, la inimitable capital de Mykonos

Con sus callejuelas estampadas, sus casas encaladas, sus balaustradas y contraventanas azules y sus pequeñas capillas, Chora ha creado a lo largo de los siglos, sin darse cuenta, un entorno verdaderamente pintoresco que hoy se describiría como "Instagrammeable".

La capital de Mykonos es como la propia isla: cicládica hasta la médula, de actitud bling-bling y siempre a la vanguardia de las tendencias actuales.

Ahora, Chora no es sólo fotogénica: es también y sobre todo el centro neurálgico de la vida en Mykonos, el lugar para ver y ser visto, el corazón palpitante de la isla. Después de pasar el día en las playas del sur, Chora es el lugar ideal para pasar la noche.

Aquí las tiendas cierran tarde y son tan diversas como variadas, desde boutiques de souvenirs a marcas internacionales de lujo: Mykonos es un destino de compras de primer orden, y nunca es tarde para ponerse al día de las últimas tendencias.

Las últimas tendencias también se aprecian en los menús de los restaurantes de la ciudad: las tabernas tradicionales griegas son una especie en peligro de extinción. En Mykonos se prefiere la cocina contemporánea e inventiva, que mezcla influencias actuales y se basa en gran medida en la estética, desde los platos hasta la decoración de las paredes, por no hablar del paisaje sonoro.

La vida nocturna de Chora es famosa en toda Grecia y mucho más allá. El centro está repleto de cafés, bares y discotecas, y el ambiente se prolonga hasta altas horas de la madrugada. Una visita obligada para los amantes de la fiesta. Mykonos no tiene igual en las Cícladas, y Chora es el epítome de ello.

Antes de convertirse en la capital griega de la fiesta, Mykonos era una ciudad marítima y pesquera. Hoy en día, este antiguo puerto protegido se ha visto completamente superado por la afluencia de transatlánticos y cruceros, hasta el punto de que se ha construido un nuevo puerto, mejor adaptado al tráfico, un poco más al norte, en Tourlos.

Un increíble número de visitantes de todo el mundo pasan por Chora cada verano. Destino cosmopolita, la pequeña capital ha conservado, sin embargo una cierta unidad arquitectónica que se aprecia incluso en las recientes construcciones que se extienden cada vez más por la ciudad. ¡Hay que poder acoger a tanta gente!

Chora es el eslabón perfecto entre el pasado de Mykonos y su éxito actual. A pesar del desarrollo turístico desenfrenado, la pequeña capital ha conservado su encanto cicládico en todo el centro de la ciudad. El típico barrio de Alefkandra sigue siendo un punto de encuentro para los fotógrafos, ¡con todas las instantáneas más emblemáticas de la isla!

En esta pequeña zona se pueden descubrir las casas bañadas por las olas de la Pequeña Venecia, con sus balcones sobre el mar, y la venerable iglesia de Panagia Paraportiani, un conjunto de cinco capillas que data del siglo XV. A pocos pasos, y perdidos en el laberinto del centro histórico, se encuentran los famosos molinos de viento de Mykonos, construidos aquí en el siglo XVI. Son tan pintorescos como se pueda desear, con la ventaja añadida de una inmejorable vista de la puesta de sol de Mykonos.

Pero el atractivo estético de Chora no se basa únicamente en sus lugares emblemáticos. Es al perderse por sus callejuelas, deambulando al azar, cuando se comprende realmente su encanto. No dudes en probar suerte a primera hora de la mañana, cuando la ciudad se está despertando, para descubrir un ambiente que contrasta con el de la noche.