¿Ya te sabes toda España? ¡Estos 5 pueblos con encanto son imperdibles!

Garachico fue el puerto más importante de la Isla Canaria (destinos/destino-273) de Tenerife hasta 1706, cuando una terrible erupción del Teide destruyó gran parte del pueblo. Aún pueden verse dos grandes coladas de lava que siguieron el relieve de los acantilados antes de desembocar en el océano. Estas corrientes han dado lugar a piscinas naturales en las que tanto a los lugareños como a los veraneantes les encanta bañarse. Los amantes de la arquitectura estarán encantados de descubrir los edificios de Garachico, la mayoría de los cuales datan del siglo XVII. Es el caso de la iglesia de Santa Ana, que domina la plaza principal del pueblo.

Cerca de Madrid, el pueblo típicamente castellano de Chinchón es famoso por su Plaza Mayor, que se transforma en plaza de toros durante las corridas de verano. Merece la pena perderse por las calles empedradas que llevan hasta la Iglesia de la Piedad.

Aquí podrás admirar el magnífico claustro con sus terrazas porticadas, jardín, fuente, cipreses, rosales y arbustos... ¡Un marco ideal para comer en una terraza! Numerosos restaurantes ofrecen las especialidades culinarias del pueblo. El cordero, el cochinillo y el cabrito asado son los platos más populares.

Destino popular entre los turistas, el pueblo de Valldemossa, en Mallorca, es famoso por sus calles empinadas, sus fachadas de piedra y sus edificios religiosos, como la capilla y la histórica mansión de Son Marroig. El paisaje montañoso de la región pronto da paso a playas y calas. El puerto de Valldemossa, tal y como lo conocemos hoy, conserva todo el encanto de su antiguo puerto pesquero.

En una pequeña bahía al oeste del Principado de Asturias se encuentra el pintoresco puerto pesquero de Cudillero. Las tabernas de los pescadores bordean una pequeña plaza empedrada junto al mar: ¡regálate un buen pescado a la plancha o una abundante mariscada a precios realmente bajos!

Sus dos edificios más importantes son la iglesia parroquial gótica del siglo XVI, donde podrás admirar algunas esculturas barrocas, y la ermita del Humilladero, el edificio más antiguo de la localidad.

Visitar Ujué, en Navarra, es como viajar en el tiempo. Sus calles estrechas y sus casas de piedra caliza transportan al visitante a la época medieval. En el corazón del casco antiguo se alza la iglesia de Santa María, donde los estilos gótico y románico armonizan a la perfección. Al pasear por las callejuelas del centro histórico de la villa, encontrará numerosos restos de antiguas fortificaciones.