El gran emblema de Sigüenza es su castillo. Al acercarse al pueblo es imposible no verlo, montando en lo alto de un cerro, imponente y anunciante de la historia que permea aquí. El nombre de esta localidad hace referencia a sus victorias, al éxito que tuvo de permanecer aquí a través del tiempo y esta fortaleza no hace más que reforzarlo. Otrora intimidante, este castillo es ahora un imán de visitantes antojadizos del encanto de la edad media y los vericuetos de la nobleza y realeza.
Existe desde el siglo XII, pero se levantó sobre los cimientos de la alcazaba que se encargaba de la defensa durante la dominación musulmana, de la cual ya no queda rastro. Lo que hay ahora es esta postal de Sigüenza, con su icónica barbacana de cuento, con sus banderas ondeantes en lo alto de las torres.