En el siglo XIX, esta parte de Boston era muy activa. Desde los primeros veleros hasta los astilleros, la ciudad creció sin cesar al abrigo de su puerto.
Tras un declive definitivo, no fue hasta los años 60 y 70 cuando se restableció el vínculo entre el centro de la ciudad y el Waterfront. A partir de entonces surgieron edificios modernos, residencias y hoteles de lujo.
La mayoría de los muelles fueron rehabilitados. Por último, la creación del Instituto de Arte Contemporáneo en 2006 confirmó el renacimiento y el creciente atractivo de esta parte de Boston.